Las cicatrices de un sobreviviente de abuso sexual

“Me pasa por la mente como una película. Me hizo sentar sobre su falda. La mente se me puso en blanco. Pero incluso a los ocho años, sin ningún tipo de experiencia sexual, me di cuenta que debía alejarme de allí, y rápido.”

Los padres de Pranadhika Sinha se separaron cuando ella tenía cinco años de edad. Solía pasar los fines de semana en la casa de su padre. Todo iba bien hasta que fue abusada sexualmente por el conserje.

En 2004, movida por su propia experiencia de abuso sexual, Pranadhika creó Elaan, una organización para ayudar a víctimas de abuso sexual, con base en Kolkata.

Otro abuso

“Todavía recuerdo los colores, olores, todo tan vivamente. También recuerdo que acudí corriendo a mi tía, la única persona adulta en la casa, pero no me tomó en serio. No sabía todavía que ese sería el único tono que los consejeros adoptarían cuando fuera en busca de ayuda profesional. Nunca volví a hablar del tema con nadie.

A los 13 años sufrí otro abuso sexual, esta vez fue una muchacha mayor que yo consideraba una amiga. Sonya, de 15 años, mostraba un comportamiento que consideramos “raro”. Miraba sugestivamente a las otras muchachas. No necesité leer una novela de Sidney Sheldon para comprender que ella no tenía ningún derecho a quitarme la ropa interior.

Sexualidad sana

“¿Por qué no hablé con mi madre? Pensé que reaccionaría igual que mi tía. Más tarde surgió una discusión en la escuela sobre el hecho de que cualquiera puede ser víctima de una experiencia traumática. Finalmente, mi docente me ayudó a hablar sobre mi caso. Y al final resultó que mis padres me dieron mucho apoyo. Reclamar una sexualidad sana significó comprender que el sexo es algo natural. Lo vergonzoso es que una persona use el sexo para manipular a otras, especialmente a las jóvenes y vulnerables.

Confianza

“Una vez, una víctima de abuso sexual me preguntó si me había curado completamente. Puedo contestar afirmativamente después de la fundación de Elaan. Respeto el pasado. Quizá las cicatrices llevarán más tiempo en desaparecer, pero ahora sé que no estoy sola.

A veces tuve dificultades en mantener relaciones, me llevó algún tiempo confiar en la gente y comprender que no todos buscaban hacerme daño. Hoy llevo dos tatuajes en las muñecas. La mejor manera de recordar que el pasado ha quedado atrás.”

Lee más sobre comportamiento sexual no deseado.

Por Paromita Pain

Foto: Pranadhika Sinha

¿Aprendiste algo nuevo?

Tell us what you think

HABLEMOS DE SEXO Y AMOR

Información libre, clara y sin rodeos sobre amor, sexo y relaciones