pareja de hombres recostando su cabeza
(C) Love Matters | Rita Lino

Mi primer encuentro gay

Fue tan desconcertante porque en aquel entonces aún estaba confundido acerca de mi orientación sexual…

R. es un fotógrafo freelance de 26 años que vive en una ciudad cosmopolita.

Sucedió en mi último año de escuela. Un grupo de chicos de mi clase decidió ir a la hacienda de un amigo a pasar el año nuevo y yo también los acompañé.

El lugar contaba con todas las comodidades, las alacenas estaban surtidas de alimentos y una buena cantidad de alcohol de su padre. Uno de mis compañeros encontró incluso una colección secreta de porno.

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Una tortura erótica

Como era de suponer, nos emborrachamos y decidimos ver uno de los DVDs que encontramos. Yo salí sólo un minuto del cuarto para servirme otro trago y cuando regresé, todos veían la película en silencio. Algunos de los chicos se frotaban el pene, evidentemente excitados.

Ver a un grupo de adolescentes calenturientos de 17 años, viendo porno y tocándose, tal vez a nadie le suene muy excitante.

No obstante, para mí no fue poca la tortura erótica que sentí. Eso me sorprendió pues en ese momento yo, a diferencia de muchos otros chavos de mi grupo, sí tenía novia. Pero siendo honestos, yo no era del todo conciente de mi atracción hacia los hombres, hasta entonces.

Todo fue muy rápido

No recuerdo en qué orden pasó lo que pasó. Sí recuerdo que uno de los chavos en el cuarto empezó a vomitar porque estaba muy borracho. Debido a ello el resto de nosotros huyó y el que podía se colaba en cualquier lugar vacío que encontraba. Yo terminé en un cuarto con D.

Nos dejamos caer en la cama y empezamos una conversación de borrachos sobre la escuela. Nos acostamos uno al lado del otro y él de pronto dejó caer su mano en mi cintura. Seguimos hablando, pero yo solo pensaba en dónde acababa de poner él su mano. En ese momento sentía como si él perforara mi camiseta con su calor.

D. dejó de hablar y pensé que ya había acabado la cosa, pero entonces empezó a recorrerme con la mano, desde mi abdomen hasta el pecho. El resto pasó tan rápido que es un recuerdo borroso. Solo sé que terminamos de rodillas en la cama tocándonos el uno al otro.

Yo estaba muy excitado y sentía que quería explotar de la risa de pensar en lo ridículos que nos veíamos.

Torpemente

Él me hizo sexo oral durante exactamente un minuto pero yo no le vi mucho entusiasmo al hacerlo. Todo lo contrario de cuando fue mi turno. El sí que estaba totalmente dispuesto y excitado cuando se lo hice yo. Creo que con toda la torpeza propia de la borrachera, el sexo oral debió durar sólo un par de minutos.

Ninguno de nosotros se vino, recuperamos la compostura y nos pasamos el resto de la noche taciturnos y en silencio.

Ahora cuando lo pienso, creo que sólo me excitaba el pensar que estábamos haciendo algo malo. Pero aparte de eso, fue tan desconcertante como la primera vez de cualquiera.

Lo que hizo todo realmente horrible fue la conversación del día siguiente con D en el tono de ‘en realidad no soy gay’ y la confirmación de que ‘es que estábamos muy borrachos’.

No siempre es fácil descubrir si  uno es homosexual o no. Si tienes dudas nuestros expertos te esperan en la Parada del Placer.

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