Me llevo a la cama y se fue
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Me llevó a la cama y desapareció

Al parecer, muchas de las lectoras de Hablemos de Sexo y Amor nos han escrito al sitio con una pregunta: ¿por qué hay tantos hombres que buscan y buscan a una chica y luego, cuando ella acepta estar con ellos, se van? ¿Qué carajos les pasa?

Como yo soy un bloguero “masculino”, me pasaron la ingrata tarea de contestar una pregunta que no tiene respuesta posible. Hecha la advertencia, entremos al asunto.

Entrar en la mente de uno de estos tipos puede ser una operación complicada. De entrada, resulta mucho más sencillo comprenderles las ganas: el pene, digamos. Los tipos te llevan ganas. Les parecés guapa y quieren estar con vos una, dos o tres noches. Algo hormonal, qué sé yo.

Esto no está mal por un simple hecho: el cuerpo humano permite la maravilla democrática de que tanto hombres como mujeres puedan sentir lo mismo. Hay chicas que ven a un muchacho en la calle y tienen los mismos pensamientos, lo sé porque amigas mías me han confesado que lo hacen. Así que, en sí mismo, que el tipo te tenga ganas no es malo, porque puede ser que vos también tengás ganas de algo sencillo, se junten una noche y santo (o no) remedio. Los rollos de una noche también están bien.

Entonces me parece lógico (al menos dentro de la lógica ésta que estoy intentando explicar) que cuando pasa la acción, también muera un poco el asunto. Ellos o ellas iban a algo. Aquí es fundamental comprender algo: el deseo carnal por sí mismo no es malo y no necesariamente es machista.

Hay muchos motivos para desear estar con una mujer o con un hombre en una cama y aquellos relacionados con el machismo no son mayoría.

Ahora, la pregunta que podrían hacerse las chicas: ¿tengo que asumir que todos los chicos solo quieren sexo? Yo creo que no. Claro, todos quieren o querrán sexo en mayor o menor medida (también las mujeres, pues tengo entendido que éste es un uso del tiempo popular entre ambos géneros) pero sería errado decir que solo eso quieren. Muchos buscarán algo más.

Cuando se toman el tiempo de invitar a comer, presentar a la familia, llevarlas a la mejor fiesta de la ciudad, cuidarlas durante una enfermedad o comprarles un libro sin ningún motivo especial, es probable que el tipo vaya por algo más. No significa necesariamente que quieran matrimonio, pero definitivamente quieren algo más que solamente abrir un paquete de condones. Escúchenme, ya casi parezco el Doctor Corazón de Cosmo.

Es cuestión de leer las señales y, como dice un viejo dicho que los nicaragüenses enseñaron a los ticos, esperar a que se aclaren los nublados del día. Ver qué pasará. O, si tienen ganas, tomar la iniciativa. ¿Quién dice que no puede ser la mujer quien asuma el liderazgo en la relación y, si tiene ganas, arrastre al tipo a la cama? Muchas veces, la sociedad tiene a las chicas como un ente más pasivo, pero ya estamos muy entrados en el siglo XXI para seguir con eso en mente.

Si finalmente, igual resulta siendo un idiota que tras meses de detalles y atenciones las deja tiradas después de la primera noche juntos, eso va más allá de esto que hablamos. Lo dije antes: es imposible explicar ese razonamiento. Una cosa, sin embargo, me parece vital. No es culpa de las mujeres que “no supieron elegir bien”, sino simplemente que el tipo es un imbécil y de esa especie, lastimosamente, hay en todos lados. Keep Walking, dijo el tío Johnny. Los tipos buenos no escasean.

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