después de vivir una infidelidad
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10 cosas que aprendes después de vivir una infidelidad

Sabes que tu vida no termina aquí, al contrario, continúas más libre, más amoros@, más fuerte y más inteligente que nunca

Fuente | Escrito por Kate Nateras para la plataforma Cultura Colectiva. Para conocer más de su trabajo, visita sus canales página oficial y Facebook.

Se conocen, se coquetean, se gustan, salen una, salen dos, tres veces, se besan, se sienten emocionad@s, inician una relación, se enamoran, se dejan llevar, te dejas llevar, pelean, las cosas empeoran… te es infiel. 

Una infidelidad es un riesgo que corre cualquier persona dentro de una relación, tanto de engañar como de ser engañad@; esto no deja de ser de las situaciones más dolorosas en el amor, pero así como te rompió en mil pedazos, ésta misma también te ayuda a ser fuerte y trae consigo enseñanzas que no habrías podido ver de no ser por esta experiencia.

  1. El problema siempre está ahí

    Aprendes a analizar toda la relación y no sólo la infidelidad. Aceptas y reconoces errores de atrás, te das cuenta de que, desde un principio, su relación no iba tan bien como aparentaba. Conoces cómo era el estilo de vida del otro, y aunque no lo culpas de todo lo sucedido, asumes tu parte y comparten la responsabilidad. La infidelidad fue dolorosa, claro, pero el dolor ya venía de tiempo atrás. 

  2. Trabajas con tus debilidades y defectos

    No reprochas nada, no culpas y no estallas de furia. Aceptas que fue un problema de dos en el que un@ tercer@ intervino y fue la gota que derramó el vaso para ponerle fin a su relación.

    Evidentemente después de una infidelidad es normal que tu autoestima disminuya y tus miedos aumenten, por lo que sabes que eso no te está haciendo bien y que tienes que trabajar con ello para recuperarte con paz y estar lista para lo que venga más adelante.

    Principalmente trabajas en ti, en renovarte, en sanarte, también en tus defectos y en superar el pasado y junto con él tus temores e inseguridades.

  3. Te dedicas tiempo

    Decides tomarte unas vacaciones porque las quieres y las mereces; te tomas el tiempo necesario para distraerte y pasarla bien, te conscientes y no puedes dirigirte a otra persona que no seas tú.

    Te mantienes ocupad@ porque sabes que así estarás distraída de pensamientos negativos o recuerdos dolorosos, pero también te dedicas tiempo para llorar y sacar toda la furia que llevas dentro: sólo empiezas a curarte de nuevo. 

  4. Permites que vuelva la pasión

    Permites que vuelvan las citas, el amor y la pasión, te abres otra vez y estás lista para ver qué pasa con otra oportunidad romántica.

    Sabes que no debes confiar a la primera, sabes que debes darte tiempo y a tu nueva pareja para que las cosas se acomoden y la confianza permanezca viva; no quiere decir que desaparecerá todo lo malo de la noche a la mañana, pero sí trabajarás mucho en ello.

    Reactivas emociones que se habían perdido, recuerdas las razones por las que es bonito enamorarse, sólo que ahora eres más fuerte y consciente que antes. 

  5. Empiezas desde cero

    No está mal empezar de nuevo, no está mal iniciar un nuevo principio. No te estancas, sabes que tu vida continúa con o sin él o ella, sabes que tu felicidad no dependía de su compañía.

    Te sientes renovad@, sientes que estás iniciando una nueva aventura y que lo que pasó tiempo atrás te ha dejado enseñanzas inmensas que te ayudaron a crecer y a empezar de nuevo. Gracias a esas enseñanzas, estás list@ para vivir cosas nuevas y permitirte sentir otra vez.

  6. No culpas a la otra persona

    Estás consciente de que tu pareja es lo suficientemente grande para decidir qué hacer y qué no hacer, por lo que entiendes que no debes responsabilizar a la otra persona de la infidelidad. Sabes que el que traicionó, decidió mentir y ser infiel fue el otro.

  7. No quieres saber más sobre los detalles

    Entiendes que no es sano que sepas todo sobre lo que hizo tu pareja. No quieres indagar en fechas, situaciones, lugares ni mensajes. Te duele, es cierto. Pero investigar a fondo sólo es una forma de torturate a ti mism@; prefieres invertir esa energía en tu bienestar y en recuperarte. 

  8. No necesitas hacerlo público

    Hay una diferencia entre contarle a tus personas de confianza, y hacer que medio mundo se entere. Por lo que, sabes que las publicaciones en redes sociales, indirectas o comentarios acerca de lo que pasó no son para nada sanos. Prefieres mantenerte reservado y contar con las personas que se encuentran a tu lado en todo momento. 

  9. Sabes que la venganza no resuelve nada

    Es normal que de primer momento quieras hacer algo como venganza contra la persona que te lastimó, pero cuando tienes la mente un poco más fría, sabes que esto no va a llevarte a ningún lado, tampoco te hará sentir mejor y sólo te hará parecerte a esa persona que te traicionó. 

  10. Piensas si perdonar la infidelidad o no

    Cualquier decisión que tú tomes, sabes que lo tienes que hacer con seguridad y firmeza. Si decides perdonar, es porque ambos están dispuestos a superar el pasado y continuar. Pero si decides no hacerlo, es porque entonces estás decidida a seguir con tu vida, superar el trago amargo y trabajar en tu bienestar. 

Existen miles de formas con las que se puede lidiar con un infidelidad, así como miles de reacciones que la misma te provoca o acciones desenfrenadas que te obliga a hacer.

Sin importar cuáles sean, no hay duda de que un engaño es sumamente doloroso, saber que te traicionaron y que pusieron a alguien más antes que a ti, te parte el alma.

No existe infidelidad en la que, en el transcurso y posteriormente, no haya dolor; el secreto es qué haces después de ésta.

Te recomendamos el siguiente articulo ¿Por qué la gente es infiel?

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