Pros y contras de las muñecas inflables
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Pros y contras de las muñecas inflables

La gran ventaja que tiene una muñeca inflable sobre una novia de carne y hueso son los suegros, o bien, la ausencia de ellos.

Hay unas cuantas más, pero son menores. Por ejemplo: no hay regalos de cumpleaños (incluso te puedes regalar el muñeco inflable y todo bien), nunca va a rechazar cenar en casa cuatro días seguidos y siempre aceptará tus propuestas de películas.

Se ha ligado este tipo de productos con tipos amagados, solos y aburridos. Básicamente el primo solterón que sigue sin comprender que los overoles quedaron en los noventas –si es que pudieron usarse en ese entonces.

Muñecas para el hombre demasiado práctico

Para el hombre o la mujer práctica ‘común’ la recomendación médica son los encuentros casuales con individuos despreocupados y dispuestos a decir hola ahora y adiós al final de la noche. Pero para los demasiado prácticos… un muñeco inflable.

Es ahorrarse todos los inconvenientes del caso. Para las chicas (o los chicos que gustan de chicos) está la seguridad de que jamás los dejará mal. Un muñeco –llamémoslo Roger– tendrá el falo disponible más confiable que un nadador olímpico con dos viagras. Infle y use. Algo así como el wash-and-wear o las sopas chinas que solo requieren agua caliente.

Debemos agradecer (¿deberíamos o mejor no?) a los marinos por este invento.

Allá en el tiempo del tiempo, los hombres solitarios que vivían demasiados meses en un barco fabricaban ‘damas de viaje’: una improvisada muñeca hecha de trozos de tela. Ahora todo es más sencillo: algunas sex shop o tiendas de juguetes sexuales las tienen y, si no, en cualquier tienda por internet se puede conseguir una por menos de $50.

Además, los muñecos inflables también tienen otros usos: trabar la puerta para que no entre el gato, servir de almohada mientras estás leyendo un libro (con la ventaja de que no se mueve) y puede ayudarnos a bajar de peso o ponernos en forma.

Ahora, el problema es que nos perdemos otros detalles que, al menos a mí, me parecen determinantes. Por ejemplo, cuando sientes la espalda de ella erizarse y ponerse como piel de gallina; la primera vez que a alguno de los dos se le sale un ‘te amo’ y la respuesta parece que tarda años (se puede amar a un muñeco, pero la respuesta es menos probable) o esa primera vez que a mitad de un beso se interpone un diente y da una mezcla de risa y asco.

El punto es, hay partes buenas y partes malas de la muñeca. Lo mejor es la constancia de la disposición, lo peor puede ser la falta de calor humano, aunque probablemente eso lo solucione la ciencia en unos años. Y bueno, está también el problema de que se desinfle.

-Pero ¡también las personas pueden ‘desinflarse’ sexualmente a mitad de la noche!

—Claro, pero es más divertido volver a ‘motivar’ a una chica que a una muñeca.

Y tú ¿tendrías relaciones sexuales con una muñeca/o inflable? Escríbenos tus comentarios o dudas en el foro.

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