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(C) Love Matters | Rita Lino

¡Rompe los mayores mitos sexuales!

Alrededor de los momentos íntimos todavía hay tabúes, y por eso hay tantas creencias falsas a su alrededor

Algunos de esos mitos son como reliquias: pasan de generación en generación porque nadie se atreve a hablar abiertamente sobre uno de los actos más naturales en la vida.

Le preguntamos a algunas personas sobre los mitos que escucharon mientras crecían y si creían en ellos. Es sorprendente qué tipo de historias nos contamos.

  1. Caderómetro

    Al crecer, creíamos que mientras más anchas las caderas de la mujer y más grande su trasero, ella era más fértil.

    No tengo evidencia científica, pero algo de cierto tendrá. No entiendo muy bien la lógica de eso; pero no te mentiré, esto influyó e influye en mi percepción de la mujer. Me atraen más la mujeres más dotadas. En realidad se trata de cuanto más puedo abarcar o sentir (risas).

    Juan José, empresario

  2. De pie = cero embarazo

    Ya sé que es ridículo, y me sorprende seguir escuchando este mito cada vez que visito una escuela para hablar con las chicas. Yo solía creer que si tenías sexo de pie no te quedarías embarazada.

    Imaginaba que el semen no podía contra la fuerza de gravedad. Me lo había dicho mi primer novio; era su forma de coerción. Entonces sólo nos preocupaba el quedar embarazadas. Los padres no te decían que no pagarían las colegiaturas si te contagiabas de VIH o clamidia.

    Margaret, contadora

  3. El dedo aleja al pene

    La virginidad era algo que cobraba más y más importancia. Siempre me desconcertó: las chicas debían ser vírgenes y los chicos tener experiencia. ¿Qué lógica tiene?

    Éramos un grupo de amigas que queríamos esperar y dar nuestra virginidad a nuestros esposos la noche de bodas. Pero había tensión sexual. Nos enteramos de algo que podría funcionar: si te masturbabas con frecuencia, sería más fácil mantenerte virgen.

    ¡Mentira! Nos masturbamos. Funcionó por un tiempo. Pero pronto, una a una, caímos de nuevo en el deseo sexual.

    Kendi, arquitecta

  4. El monstruo desflorador

    Me aterrorizaba la idea del sexo. El pene me repugnaba. Sabía que la primera vez podría ser dolorosa. Dolor en esa área, ¡no gracias! Mi primer novio lo tuvo difícil; había veces en las que me sentía lista, pero cuando él lo intentaba, yo apretaba fuerte cerrando mis piernas.

    Así fue durante varios años. Creo que fue mi quinto novio el que me ayudó a quitar esa reacción. No sentí dolor para nada. De verdad disfruté mi primera vez. Sobra decir que mi quinto novio y yo estamos felizmente casados y tenemos un niño. El mito era una táctica de terror.

    Caroline, gerente de marca

  5. Mientras más grande, mejor

    En la escuela los chicos solían hacer tonterías, como competencias de masturbación en el baño. El objetivo, sin doble sentido, era ver quien llegaba primero al orgasmo. No tenía ni idea de por qué lo hacían.

    Nunca fui a la par del desarrollo de mi amigos, a la mayoría de chicos les cambió la voz y ya tenían algo de vello, mientras yo seguía liso como bebé y era más bajito que la mayoría.

    Los chicos hablaban de sus experiencias sexuales y de cómo a las chicas les gustaban ‘los penes más grandes porque daban mejor sexo’.

    Durante esas competencias en el baño, vi qué tan grande estaban mis compañeros. Me sentí inseguro por eso durante un tiempo. Con el tiempo y saliendo con chicas, aprendí que cada quien tiene sus preferencias. Y que más grande no significa mejor.

    Paul, gerente de TI

https://hablemosdesexo.com/consigue-ayuda¿Conoces otros mitos sexuales? Cuéntanos aquí en el Foro de Hablemos de Sexo y Amor.

 

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