Sextimonios de prácticas poco usuales
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Sextimonios de prácticas poco usuales

Imagina que nos acabamos de conocer y te pregunto cómo te gusta tomar cerveza, ¿qué me responderías? Pero si mi pregunta es cómo te gusta tener relaciones sexuales ¿qué me dices?

La mayoría de la gente no habla del tema, a menos que tenga la suficiente confianza con su interlocutor, ¡obvio! La sexualidad sigue siendo un tabú.

Sigue scrolleando y conoce los siguientes testimonios de personas que experimentaron ciertas expresiones comportamentales eróticas de la sexualidad fuera de lo común.

BDSM

‘Yo experimenté con una persona, que ha sido la única que me pudo excitar al grado de que el dolor fuera satisfactorio… me mordía, me azotaba con sus manos o con látigos, me amarraba. Yo no tenía problema con ser sumisa, me sorprendía que me dejaba marcas y, la verdad, días después ni me dolían. Una vez le di cachetadas, pero eso no me gustó, a mí no me gusta someter.

Se volvió una experiencia adictiva, cuando lo conocí a él, sólo esperaba los fines de semana para verlo y hacerlo, pensaba en qué tan lejos íbamos a llegar esa vez y estaba dispuesta a todo lo que él me pidiera; me encantaba sentir todo de él en mí, su saliva, semen, orina… pude llegar a más de lo que hicimos, pero se acabó nuestra relación’.

‘A mí me prende que me digan “puta”

Me han nalgueado, cacheteado, ahorcado, amarrado y hasta escupido. Yo he hecho lo mismo y también he enterrado tacones en los muslos. No es que lo haga siempre, pero en un momento de mucha excitación se empieza a tornar más apasionado el encuentro y he llegado a ese grado, también ha influido el alcohol. Me excita más ser la agresora, pero también me excitan mucho los golpes; la escupida hacia mí me desconcentra, pero escupir me excita. He utilizado algún disfraz o juguetes, que no lastiman tanto’.

OJO, el hecho de que disfrutes de ciertas prácticas con alguien, no significa que lo harás con todas tus parejas

Mucho tiene que ver la química, la confianza, el respeto que existe en la relación y, por supuesto, factores ambientales -como el lugar, sus texturas, sus sonidos y sus olores- e individuales -pensamientos, creencias, fantasías y sentimientos- presentes durante el encuentro sexual, así que, si puedes, planea todo desde antes y quítate la pena y los prejuicios junto con la ropa para que goces al cien el aquí y el ahora.

Da igual el rol que juegues, si eres quien domina o quien obedece, lo realmente importante es que todo sea consensuado, sano y seguro, así que recuerda usar métodos anticonceptivos y/o de barrera, evita estar bajo el influjo de sustancias psicotrópicas y comunícate con tu pareja antes, durante y después del encuentro. Ojo, porque esto no lo repetiremos, pero también aplica para las prácticas que estás por leer.

Lluvia dorada

‘La lluvia dorada, uff, me encantaba. Él orinaba sobre mis pechos y mi cuello, con mis manos mojaba mis mejillas; lo hacía antes de eyacular o antes de empezar a tener sexo. Pensé en probarla, es lo que me faltó hacer’.

Estaba con mi chica en la ducha, todo muy rico y, de repente, me dijo que quería hacer pipí, así que le pedí que hiciera ahí, lo intentó, pero no podía porque le daba pena, sólo le salieron unas gotas, eso me excito, así que me empecé a masturbar pegado a su vulva mientras ella trataba de orinar. Después de un rato, pudo hacer, estaba de pie, pero abrió sus piernas para que yo pudiera ver y sentir su orina, sentí su orina caliente en mi pene, eso me excitó aún más, así que seguí masturbándome, más intensamente; era muy rico sentir cómo orinaba y percibir ese olor, fue una experiencia excitante. Cuando terminó de orinar, tomó mi pene y lo frotó en sus labios vaginales. En otras ocasiones hicimos eso de nuevo, aunque yo me quedé con las ganas de que ella orinara en mi boca… pero bueno, espero algún día tener esa experiencia’

También llamada urofilia, urolagnia, golden shower, water sport o piss play, puede resultar muy placentera, así que atrévete a practicarla, pero evita que la pipí sea derramada sobre heridas abiertas, en mucosas, ojos y boca, ya que conlleva algunos riesgos, el mayor de ellos es la transmisión de hepatitis A o B. Aunque también puede causar sarpullido o alguna infección por bacterias o virus que viven en la orina, que, literalmente, es un deshecho del cuerpo. Si no aguantas las ganas de beberla o de que tu pareja se la tome, al menos, trata de conocer su estado de salud o infórmale el tuyo, según sea el caso.

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Intercambio de parejas, tríos y orgías

‘Tenía 20 años la primera vez que fui a un club swinger con mi novio de 25; él me pidió que fuéramos, pero no me desagradó. Casi todas las parejas eran casadas, mayores de 45 años, entonces como que algunos sentían feo de estar con nosotros, creo que se imaginaban a sus hijos. Lo hicimos unas cuantas veces con parejas, aunque teníamos más éxito en las noches de solteros, me encantaba eso porque los solteros le entran a lo que sea, si ven a una pareja haciendo algo, van a rodearlos y miran hasta que alguien los invite a participar.

Cuando mi novio les decía que podían integrarse, comenzaban a tocarnos mientras nosotros seguíamos en lo nuestro. Luego probamos tríos con chicas trans, aunque a él le gustaban mucho, yo no lo disfruté tanto porque ellas no solían interactuar conmigo. Años después de que terminamos he pensando que sólo hacíamos lo que a él se le antojaba, no hacíamos cosas que yo quisiera, sobre todo, porque me daba miedo y pena sugerirlas. He probado también orgías, una vez fui a un hotel con una amiga y dos chicos, otra vez, fuimos ella y yo a casa de otra amiga, lo hicimos las tres con cuatro hombres’.

Ayuda a tu pareja a cumplir sus deseos, pero también date la oportunidad de expresar tus fantasías para que, entre lxs dxs o con ayuda de algunas personas más, las vuelvan realidad, quizá te das cuenta de que no te gustó o quizá ambxs se vuelven adictxs. Eso sí, mucho cuidado con involucrar sentimientos, el swinging se debe quedar en el plano erótico, las conductas románticas guárdalas para tu pareja, con quien debe haber toda la confianza, comunicación y honestidad del mundo.

Sexo en vía pública

‘Una vez lo hice con una chica en la calle, cerca de un metro, en donde no había tanta luz; fue muy rico e intenso porque si pasaba gente sólo tratábamos de detenernos. Me vine en su boca, nos arreglamos y salimos caminando como si nada, al llegar a la parada del autobús, donde había más gente, ella me mostró su boca, la abrió y vi su lengua jugando con mi semen y pues la besé ahí de nuevo. Eso estuvo muy rico’.

En el coche, una vez me pidió sexo oral mientras manejaba, recuerdo que pasaba gente y se nos quedó viendo, bueno, a mí nunca me vieron por la posición en la que me encontraba, pero a él sí y no le importó’.

A tener relaciones sexuales en la calle se le puede llamar dogging, siempre y cuando sea entre personas heterosexuales que no se conocen; o cruising, si se da entre miembros de la comunidad LGBT+; quienes lo practican quedan por medio de alguna red social o app o se pasean por los sitios de encuentro para ver qué ligan.

Claro, también puedes echar pasión con tu pareja, amigo(a) o conocido(a) en donde sea que los sorprendan las ganas. Hacerlo en la calle, con conocidos o desconocidos, resulta placentero por diferentes razones, como no tener que aguantarse en lo que llegan a su casa, ahorrarse el hotel, disfrutar de sexo sin compromisos o sentir la adrenalina que causa el peligro de ser descubiertos.

Sea cual sea la motivación, es importante tomar algunas precauciones: conozcan la ley, elijan un ambiente en el que no salgan lastimados físicamente -un auto en marcha es sumamente riesgoso, igual que una superficie rocosa o un barrio peligroso-, si no conoces a la persona, toma todas las precauciones para no convertirte en su víctima -no lo(la) acompañes a lugares desolados, no aceptes bebidas porque podrían estar adulteradas y comparte tu ubicación con alguien de confianza- y si hay gente alrededor, procura que sean sólo otros doggers, no involucren a personas que no están al tanto de la práctica.

Exhibicionismo

‘Hicimos una cuenta en Twitter, que usábamos exclusivamente para compartir fotos de nosotros teniendo sexo. Subíamos fotos de todo tipo, yo haciéndole sexo oral a ella o ella a mí; de sexo anal, de sexo vaginal, algunas de su lengua o sus pechos con semen. A veces, de la nada, me mostraba su tanga y le tomaba fotos, se alzaba la blusa y el bra, se levantaba totalmente el vestido y se hacía a un lado la ropa interior, teníamos sexo o le hacía sexo oral en la calle, en parques. Todo lo subíamos a Twitter porque nos excitaban los comentarios, que iban desde ‘qué bien se ven’ hasta ‘me la quiero coger’ o ‘vamos a conocernos para hacer un trío’. Algunos seguidores nos mostraban que usaban nuestras fotos de fondo de pantalla, era estimulante’.

Cuidado con esta práctica, ya que se parece mucho al sexo en vía pública, sin embargo, su objetivo, más que disfrutar la sexualidad en espacios abiertos, es ser observados por quien sea que ocupe esos espacios, personas que en la mayoría de las ocasiones no han dado su consentimiento, consecuentemente, esta conducta transgrede sus Derechos Sexuales. Para que nadie salga afectado, su audiencia debe estar de acuerdo con su comportamiento, así que busquen en qué lugares tú y tu pareja pueden ser el centro kinky de atención sin problema alguno, como un sex club.

Fisting

‘Descubrí el fisting viendo videos porno y por amantes que, generalmente, querían ampliar sus límites sexuales. El puño es más grande que el pene, así que puede producir mucha mayor satisfacción sexual, más excitación, depende de cada persona, pero muchas de mis parejas me han dicho que disfrutan más. No es para todos los días, porque se te puede caer el ano (prolapso anal), porque es un músculo y puede quedarse muy abierto.

Tiene su técnica para empezar, con dedos y con ciertos movimientos, para evitar desgarres o que sangres demasiado, es normal que sangres, pero si no puedes más, mejor inténtalo otro día. Yo no empecé metiendo el puño ni la primera ni la segunda ni la tercera vez, ¡es imposible! Al menos, hasta que pasó el tiempo y practiqué con dildos y dilatadores anales.

El fisting me genera otro tipo de placer, amplía mi satisfacción sexual porque descubre una parte del cuerpo que es muy sensible. Al principio, sólo lo hice con personas con experiencia y a quienes les tenía mucha confianza, porque (si no lo practicas con cuidado) puede ser muy grave, puedes tener desgarres u otras complicaciones en el tracto digestivo. Cada vez que se hace, hay que estar limpio,  hacerse un lavado anal, un enema; además, usar guantes de látex o condones en el puño; todos los juguetes deben estar súper limpios y no compartirlos, porque se pueden transmitir ITS. He usado drogas, por ejemplo, poppers, porque te ayudan a dilatar más, te desinhiben y no sientes tanto dolor, también hay que tener cuidado con eso. Todo es mental y con paciencia, si reúnes todas las condiciones para hacerlo bien, es una buena experiencia’.

La introducción del puño en el ano o la vagina es conocida como fisting; es más común en la comunidad LGBT+, pero la realidad es que lo puede practicar cualquiera, activa y/o pasivamente. En el testimonio están todos los tips para disfrutar de esta práctica, con excepción de uno: usen mucho lubricante -a base de agua o silicona-, será de gran ayuda para que todo fluya, sobre todo si la penetración va a ser anal.

    Luego de estos ejemplos…

    Permíteme recordarte que eres libre de probar cualquier práctica sexual que se te antoje, eso sí, debes llevarla a cabo con el consentimiento de la otra persona y protegerte de ITS, embarazos y otras consecuencias negativas a nivel físico, psicológico, social y jurídico.

    En el erotismo, casi todo se vale, pero hay tres excepciones de las que debes estar al pendiente, ya que si alguna se presenta, lo mejor es que acudas a terapia:

    1. Si no consigues excitarte o alcanzar el orgasmo sin realizar una práctica específica.

      Por ejemplo, ya no te prendes, a menos que te orinen encima.

    2. Si tus prácticas sexuales te causan problemas

      En el ámbito social, laboral, familiar, de pareja, etc.

    3. Si has tenido prácticas sexuales con personas que no han dado su consentimiento

      O tienes un deseo tan intenso de tenerlas que te causa malestar.

    Si no ha pasado nada de ello, excelente, sigue disfrutando tus relaciones sexuales y, si así lo deseas, atrévete a probar cosas nuevas, igual y te encantan.

    ¿Qué opinas de estos sextimonios, has probado estas prácticas o se te antojan, cuáles otras te llaman la atención?  Si tienes alguna duda, escríbenos en el foro.

     

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