¿Dolor o placer? Prácticas eróticas que comienzan con los ojos cerrados

By Lindsay van Clief on 28 abril, 201512 octubre, 2022

¿Sabes qué es ‘BDSM’? ¿Quieres intentarlo pero no sabes por dónde empezar?

Las siglas BDSM corresponden a Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.

El BDSM no es una práctica sexual sino que son las siglas de seis diferentes e implica un consentimiento mutuo en la pareja.

Bondage

Proviene del mismo término francés que significa esclavitud o cautiverio. Es una práctica erótica que se basa en la inmovilización del cuerpo de la otra persona, ya sea mediante cuerdas, arneses, esposas, etc.
Disciplina

Es el conjunto de normas y hábitos que son el marco de actuación de un sumiso durante el adiestramiento. La disciplina a veces implicará castigos para corregir desviaciones en la conducta.
Dominación

Es el rol que implica tomar el control y el mando en la relación con la parte sumisa. En la dominación se encuentra estímulo mediante ejercer nuestra voluntad sobre la otra persona que queda a nuestra merced. La dominación siempre estará unida a la sumisión, ya que todo dominador necesita de un sumiso y viceversa.
Sumisión

Es el rol de compañero del dominante que ejerce voluntariamente durante la sesión de placer. La posición de sumiso es la otra cara de las siglas DS y significa acatar los deseos y la voluntad del dominante y someterse a todo lo que quiera hacer con su cuerpo.
Sadismo

El Sadismo consiste en sentir placer y satisfacción sexual infligiendo sufrimiento físico/psíquico a otra persona.
Masoquismo

En esta conducta sexual se obtiene excitación mediante el propio dolor físico o psíquico, la humillación, la dominación y el sometimiento.

Experimentar
BDSM (Bondage, disciplina, sadismo y masoquismo) se refiere a muchas actividades. Se puede nalguear, atar, perforar (piercing), colgar, jugar roles, entre otras.

Parte de la diversión es dejarse ir y hacer cosas que no harías siempre mientras tienes sexo, o hacer realidad tus fantasías.

No temas intentar algo nuevo, solo asegúrate de tener una buena comunicación con tu pareja. No por el hecho de estar de acuerdo con algo, significa que te debe gustar de antemano. Si no te gusta algo, ¡utiliza una palabra de seguridad!
¡Divertirse!
Sí, algo del BDSM se trata de dolor o tortura, pero siempre lo realizas porque te causa cierto placer.

Ya sea que encuentres satisfacción en la sensación física, dominando a otra persona, o solo por ser algo diferente, no hay problema mientras que ambos lo encuentren divertido.
Comunicarse
La comunicación es la clave de toda relación. Tienes que ser capaz de hablar abierta y honestamente con tu pareja para decirle lo que sí te gusta y lo que no, cuando se siente bien y cuando no te gusta.

Necesitas ser capaz de confiar en tu/s pareja/s, pues necesita/n escucharte para poder planear la escena, o el tipo de rol que jugarán.
Poner una frase o gesto de seguridad
Siempre acuerden una palabra, señal que signifique alto. Siempre deben planear con tiempo una palabra que indica que ya no es divertido o que algo se siente mal. Normalmente, mientras más rara la palabra, mejor, pues así no pasa desapercibida.

Por ejemplo, si acuerdan que su palabra de seguridad es ‘sandalia’ no hay chance de que se malinterprete durante su escena traviesa. Si uno va a estar amordazado o sin poder hablar, asegúrense que hay un gesto que signifique ‘Alto’. Por ejemplo, ‘si zapateo tres veces en el suelo, quiere decir alto’.
Marcar límites
El BDSM se trata de explorar y probar algo nuevo en la cama; sin embargo, no significa que todo se vale. Cada uno marca sus límites de lo que está bien y lo que no.

Habla con tu/s pareja/s sobre lo que sí estás de acuerdo en intentar y lo que no. Y esto debe hacerse cada vez que jueguen pues las cosas pueden cambiar de un día a otro dependiendo del humor, experiencias y la confianza que se tengan.

Hacer todo lo que quieras
El BDSM se trata de acordar. Siempre deben estar de acuerdo en lo que tú harás y lo que te van a hacer. O sea, acordar lo que va a pasar, y respetar la palabra o gesto de seguridad del otro a tiempo.

No permitas que nadie te pida algo que no quieres hacer. Si accedes a experimentar algo nuevo pero no se siente bien, ¡usa tu palabra o gesto de seguridad!
Pensar que sabes lo que tu pareja sabe o quiere
Cada uno es diferente. Nos gusta que nos toquen en lugares distintos, con distinta intensidad y cosas que nos gustan más que otras… No hay manera de saber todo lo que a tu/s parejas/s le/s gusta.

Siempre asegúrate de hablarlo, así todos la pasarán bien y disfrutarán lo que hacen. Mucha gente se sienta a hablar de antemano sobre lo que harán y no harán durante su escena de BDSM para asegurarse de que estarán en el mismo canal.
Ignorar la realidad
Solo por el hecho de actuar una fantasía, no significa que no estás en el mundo real. Toma precauciones lógicas y seguras. No pongas velas cerca de cosas inflamables, ten un kit de primeros auxilios en caso de que algo salga mal, limpia bien los juguetes antes y después de usarlos, etc.

Sé cauto/a y fíjate en lo que te rodea. Tal como lo harías en cualquier lugar.
Olvidar el cariño de después
El cariño de después es algo de lo más importante del BDSM. Después de tu escena es hora de tocar base con el/la otro/a. Acurrúquense, abrácense, acaríciense y hablen de su experiencia.

Si uno/a tiene marcas rojas, rasguños o cortadas, hay que curarlos. El dolor puede dar placer a algunos, pero tu cuerpo aún necesita amor y cuidado. Dense un tiempo para sentirse conectados y que el cuerpo pueda sanar rápidamente.