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Spanking: el dulce placer de azotes y nalgadas

Un cuerpo contra otro, la intensidad al máximo, jadeos y placer que se desborda, la mano se alza y como látigo irrumpe el sonido del azote sobre la piel ardiente.

Fuente: Eloise Toys

Un azote o nalgada puede ser algo más que excitante…

‘Spanking’, es una práctica sexual muy común que probablemente practicas o has probado sin saberlo.

El término hace referencias a los azotes o nalgadas durante el sexo o los juegos eróticos, ya sea con la mano o algún juguete.

Esto puede resultar muy emocionante y elevar el grado de excitación y placer para muchas personas, ya sea como parte de los juegos antes o durante un encuentro, como un juego o como una forma de liberar la fantasía y todas esas sensaciones acumuladas.

¿Por qué nos gustan las nalgadas?

La magia de una nalgada puede englobar diversos aspectos, tiene tintes de un juego de roles donde la dominación y la sumisión se convierten en actores del erotismo.

Según una encuesta realizada en 2019 a 4500 personas, el 70 por ciento de las mujeres y el 64 por ciento de los hombres se excitan más cuando en el acto sexual se incluye nalgadas.

Sensaciones de placer

Las razones para que nos gusta esta práctica se sustentan también en razones fisiológicas ya que, según algunos expertos en la materia, como Carol Queen en el libro Exhibitionism for the shy, afirma que las nalgadas estimulan terminaciones nerviosas de la vagina

Dirigir la palmada a la carne o al músculo, no el hueso. Apuntar a la parte inferior del trasero involucrará más nervios y lo hará más agradable.

Beneficios del spanking y nalgada

  • Al recibir nalgadas durante el sexo se activa un efecto analgésico que conlleva reducción del dolor y mayor excitación.
  • Con las nalgadas durante un encuentro erótico el organismo genera cortisol, un químico que se libera como respuesta al estrés, esto permite enfocarse solamente en el placer y olvidarse de problemas y aflicciones.
  • Las nalgas están ubicadas al borde de la espina dorsal donde se encuentran la mayoría de los receptores de los nervios. Por lo que recibir un golpe en esa zona resulta muy placentero.

Consejos para disfrutar más

Una nalgada en plena sesión del ‘necesario’ puede desbordar la pasión:

  • Platícalo con tu pareja y hazlo consensuado. La intensidad debe adaptarse al gusto de quien lo recibe.
  • Si estás en medio del sexo y así lo deseas, pídelo a tu pareja y no te quedes con las ganas.
  • Altérnalo con la estimulación oral o anal para aumentar el placer.
  • Para algunas personas la intensidad del azote es proporcional al placer.
  • Es ideal para juegos de sumisión, puedes usar las manos, correas, fuetes, látigos u otros juguetes.

Y a ti ¿te han dado unas nalgaditas en la intimidad? ¡Coméntanos tu experiencia!

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