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Kaloian

Amar más allá de los límites de tu cuerpo

“Creo firmemente en la posibilidad que tenemos los seres humanos para amar casi multitudinariamente”, sostiene Sandra Alvarez. La bloguera cubana reflexiona sobre los límites del amor y del sexo que cada uno se impone.

“Por eso me gusta que cada vez más hablemos de parejas abiertas, poliamor, y otras prácticas similares, aun cuando soy consciente de que no todas las personas lo ven dentro del tipo de relación que pudieran mantener.”

Lo primero a considerar es el hecho de que tales prácticas nos alejan de la tradicional pareja, esa que ha estado muy ligada con preconceptos religiosos y que responde al amor romántico, se jura amor para siempre, aún cuando sabemos que los sentimientos humanos no son inamovibles y, más bien, responden a momentos y viviencias específicas.

Lo bello de la diversidad
Desde que inicié mis relaciones sexo-eróticas, cuando tenía unos 16 años, me preguntaba por qué tenemos que establecer vínculos amorosos de manera secuencial, si podemos preferir una persona por unas razones y a otra por otras muy diferentes. Y ahí está lo bello, en la diversidad, en la posibilidad de reconocer que nos complace la existencia de varias personas quienes poseen rasgos, actitudes, sentimientos, conductas que admiramos y nos enamoran.

De manera similar, me llamaba la atención los presupuestos sobre los cuales se establecen relaciones amorosas tradicionales. Frases como: ´mi media naranja´, ´mi mitad´,  ´mi otro yo´, ´sin ti no puedo vivir´ o simplemente ´ella es mi mujer´. En todos los casos pareciera como si en cada ser humano ya no existiera de antemano que somos completos y tuviésemos que buscar afuera lo que nos convierte en un ser y que la felicidad depende de cuánto y cómo somos complementados por la otra persona.

Placer o amor
También me cuestionaba por qué se les dice a los y a las adolescentes que hay que tener sexo solo cuando el amor llega, si las personas adultas pueden desligar con efectividad una cosa de la otra; y la realidad es que del total de relaciones eróticas que una tiene en la vida, solo unas pocas tienen como pretexto el amor. La mayoría responde al simple deseo por obtener el placer, poco importa si se tiene una vinculación de otro nivel con la persona.

De hecho, considero que si entendieramos tener sexo con la misma simplicidad y naturalidad que respirar o alimentarnos, nuestra especie fuera más feliz. Muchas de las incomprensiones, estigmatizaciones, mitos y falsas creencias sobre las relaciones sexuales son consecuencias del rol que se les otorga a la obtención del placer en la vida de los seres humanos.

De ahí que se necesita hasta una clasificación -originalmente médica- para explicar la diversidad del comportamiento humano en este sentido. Todo fuera más sencillo, creo, si nos dedicaramos simplemente a practicarlo y no a complicarnos la existencia con preconceptos y valoraciones que finalmente nos perjudica a nosotros mismos.

Amar sin límites
Con esas preguntas, para nada sencillas de manejar, lo confieso, arribé a la adultez con el convencimiento de que intentaría establecer vínculos más cercanos a lo que yo creo que es la condición  humana, o sea la posibilidad de amar sin límites, sin condiciones y aún sin la presencia de la persona amada. Y no estoy hablando del sexo, de hecho podemos amar a una persona y no tener relaciones sexuales con ella, sino que me estoy refiriendo a relaciones amorosas, aquellas donde el vínculo trasciende al deseo sexual.

Pero si me estuviera refiriendo a la búsqueda del placer, yo lo veo tan simple como establecer las condiciones en el cual acontecerá, que incluye el uso del condón, en el caso de ser con un hombre, porque para mí la responsabilidad ante la propia salud es un acto de amor propio. En el caso de relaciones con mujeres, el tema del autocuidado es mucho más sencillo de manejar.

Segura de lo que quiero
El resultado es que hoy soy una mujer adulta que se cree completa en sí misma, segura y que en mis relaciones amorosas busco simplemente el acompañamiento, la complicidad, el disfrute de la comunidad de intereses, valores y principios.

Y he tenido la suerte de hallar en mi camino a personas con puntos de vista cercanos a los míos. Gente que no pretende atraparte en una relación, sino compartir contigo su existencia. Igualmente a detectar de antemano aquellas relaciones que de ninguna manera establecería. Les mentiría si les dijera que no he tenido encontronazo alguno. Reconozco que ha sido dificil, pero ahí voy, intentando cada día ser coherente con lo que pienso.

Sandra Abd’Allah-Alvarez Ramírez es licenciada en psicología de la Universidad de la Habana y máster en estudios de género y periodismo, entre otras especialidades de la comunicación. Colabora en muchos medios digitales y escribe ya más de 8 años en su blog Negra Cubana tenía que ser.

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Recent Comments (5)

  1. wao!! con respecto a la
    Wao!! con respecto a la sección placer o amor, párrafo 2, se imaginan llegar a donde un amigo y así como te dicen “te puedo ofrecer un vaso de agua?” o “almorcemos” te dijeran “¿qué tal un poco de sexo?” o “¿necesitas un beso?” sería genial ^_^

  2. El sexo es una bendicion de
    El sexo es una bendición de Dios, no es como tomarse un vaso de agua, por eso hay que hacerlo en la madurez de la vida con la persona que se va a amar de verdad. RESPUESTA: Gracias por tu comentario, una perspectiva más que compartir de este tema.

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