Celos@s: “No soy yo, es mi serotonina”
Mientras terapeut@s, psicólog@s y sexólog@s tratan de explicar el origen de los celos en el apego y el ego, la ciencia nos dice que todo es una cuestión de química
Fuente | Verónica Maza Bustamante (La doctora Verótika) periodista, educadora sexual, escritora, conferencista, promotora de los DDHH, melómana, exploradora de temas tabú
Según un estudio realizado por la Universidad de Pisa, en Italia, los celos se producen cuando los niveles de serotonina en la sangre son más bajos de lo normal. Para entenderlo hay que recordar que la serotonina es una sustancia química producida por el cuerpo humano que transmite señales entre los nervios, funcionando como un neurotransmisor.
En años recientes se ha investigado con ahínco sobre ella y hoy en día es considerada responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo; por ejemplo, cuando se presenta en una persona un déficit de serotonina es probable que se genere un cuadro de depresión. Por el contrario, si sus niveles se elevan, la persona en cuestión se sentirá más tranquila, positiva, relajada.
Por ello se dice que uno de los papeles de este neurotransmisor es moderar emociones, entre ellas la ira y la tristeza. Esto nos da diversas posibilidades: puede ser que una persona que atraviesa una separación amorosa sufra un bajón de serotonina, provocando que el estado de ánimo negativo la lleve a sentir celos o que los celos se producen por un desequilibrio en la parte frontal de nuestro cerebro que puede llevar incluso a experimentar conductas agresivas
La “otra”
Otra investigación, realizada por la Universidad de Palermo, en Argentina, la de Groningen, en Holanda, y la de Valencia, en España, comprobó que existen ciertas características en algunas personas que pueden despertar celos en otras a consecuencia del incremento de una sustancia llamada norepinefrina, responsable de que una persona se sienta amenazada por alguien de su mismo sexo.
La norepinefrina es liberada cuando una serie de cambios fisiológicos son activados por un evento estresante, como lo puede ser la tensión que se genere por estar frente a un posible competidor o competidora, que para nuestro neurotransmisor se convierte en una amenaza.
Además, la Universidad de Palermo reveló que el atractivo físico es otra de las razones por las que nuestro hipotálamo envía señales de alerta a todo nuestro cuerpo, liberando adrenalina, la cual se comunica con las con las células nerviosas y provoca ansiedad, estrés e incomodidad.
Si juntamos estos estudios científicos con otros sobre el comportamiento humano y el rol social de las personas podemos tener un mapa interesante que amplíe nuestra visión sobre los celos.
L@s científic@s aún no están seguros de si niveles disminuidos de serotonina contribuyen a la depresión, o por el contrario, la depresión provoca disminución en los niveles de serotonina, así que no puede ser una razón única para justificar los celos que sentimos por nuestras parejas.
Si entendemos que la aparición de los celos podría ser debido a cambios fisiológicos o que, precisamente, la ansiedad que nos genera un apego desmedido por la persona amada llega a crear estos altibajos en nuestras hormonas, podemos pensar en un tratamiento integral que incluya el apoyo de un expert@ para nivelar la serotonina y la norepinefrina, así como una terapia multidisciplinaria que nos ayude a recuperar el balance.
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