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¿Cómo se involucra la tecnologia en nuestra sexualidad?

Sexo en la prensa nos sorprende en esta oportunidad con aspectos que pueden interferir en nuestra sexualidad: hablar con nuestro padres, la dieta, la obesidad, el celular. Toda una compilación realizada por la periodista y orientadora sexual Verónica Maza

Fuente | Verónica Maza Bustamante (La doctora Verótika) periodista, educadora sexual, escritora, conferencista, promotora de los DDHH, melómana, exploradora de temas tabú

Sin celular no, mi amor

Parece que ya no podemos vivir sin la tecnología: el celular, internet, las redes sociales, las tablets, las apps y blogs… estamos rodeados de ellas y eso es una ventaja pero también puede ser un maleficio.

Los investigadores Alberto Betella y Paul Verschure constataron, en un estudio publicado en la revista científica PLoS ONE, que “las personas son cada vez más insensibles a los estímulos sexuales altamente excitantes”. Dicen que esto puede tener su origen en esa sobreexplotación de posibilidades —virtuales o reales, eróticas o de otros temas— a la que se enfrentan cotidianamente.

Como dice el sexólogo argentino León Gindin, ya no ocurre lo mismo que décadas atrás: “Si la sexualidad está en todos lados, en todas las conversaciones, el sexo termina perdiendo ese espacio de fantasía”. Además, es común que las personas prefieran estar viendo su celular que teniendo una sesión de besos con su pareja.

Lo ideal es aprovechar las posibilidades que nos ofrecen los medios modernos pero sin obsesionarnos con ellos; entender que la vida existe fuera de la pantalla, que hay cosas emocionantes, transgresoras, ricas que se pueden vivir más allá del Facebook.

Prediciendo ITS

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son una piedra en el zapato de hombres y mujeres, pues muchas resultan ser cotidianas y no crean mayores contratiempos cuando se tratan en su momento, pero otras pueden traer complicaciones desde su inicio. Por ello, investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, desarrollaron un “examen sorpresa” que puede predecir estas infecciones en las mujeres jóvenes.

El cuestionario puede alentar que las chicas se hagan las pruebas de laboratorio si los resultados de su test señalan que tienen alto riesgo de infección.

Es necesario responder seis preguntas diseñadas para evaluar comportamientos vinculados al riesgo de ITS, por ejemplo, la frecuencia con que usan preservativo, el número de parejas sexuales que han tenido y las infecciones que han padecido previamente.

Me parece una buena ayuda: a veces las jóvenes no se animan a consultar a un@ ginecólog@ por miedo al qué dirán, porque no cuentan con recursos económicos suficientes o no saben a dónde acudir. Al contestar el examen en línea pueden tener una idea sobre cómo está su salud sexual y animarse a tomar las debidas precauciones, tanto médicas como con su(s) pareja(s). 


Los padres y la sexualidad

Los padres no quieren entrarle al tema de la sexualidad con sus hijos, pues creen que ellos lo aprenderán sobre la marcha.

Los jóvenes se quedan callados por vergüenza o timidez. Es un círculo vicioso.

Sin embargo, se ha comprobado que los adolescentes cuyos padres hablan con ellos sobre sexo son más propensos a retrasar el momento de tener relaciones sexuales y a usar métodos anticonceptivos y preservativos cuando lo hacen, según un estudio avalado por la investigadora Laura Widman, del departamento de psicología de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Estados Unidos, quien afirma que “estas conversaciones son un componente crítico para ayudarlos a tomar decisiones seguras y saludables”.

Obesidad en la pubertad

Con frecuencia, madres y padres de familia se preguntan por qué sus hijas de ocho años ya comenzaron a menstruar o experimentan cambios hormonales relacionados con la adolescencia.

Esto tiene que ver, en buena medida, con la alimentación: la comida transgénica y procesada está afectando el desarrollo de los niñ@s, pero también la comida chatarra, según afirma José Manuel Segura Zavala, titular de Tococirugía del Hospital de Ginecoobstetricia del IMSS en Jalisco, México.

Actualmente, el primer ciclo menstrual de las mujeres mexicanas se presenta entre los nueve y los diez años de edad, principalmente en aquellas que presentan sobrepeso y obesidad. “Hay un estrógeno que se produce en células grasas y desencadena estímulos que causan la menarca”, explica.

Es decir, la alimentación también tiene que ver con el desarrollo de la sexualidad. Comer de manera equilibrada, con poco gluten, grasas y lácteos pero más frutas y verduras no solo es slogan de campañas publicitarias; puede ayudar a entrar en el momento correcto a la adolescencia para tener una vida sexual sana y disfrutable.


¿Alguna vez has hablado con tus padres sobre sexualidad? ¿Cómo fue?. Esperamos participes tu comentario en el Foro de Hablemos de Sexo y Amor

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