Karla Carrillo
Hablemos de Sexo y Amor

El amor tiene sexo y género predeterminado

Muchos padres dicen tolerar y respetar la sexualidad de sus hijos, pero ¿Por qué les cuesta decir: “mi hija es lesbiana” o “mi hijo es homosexual”?

¿Quién dijo que el amor lo definía el sexo con que naciste? ¿Hombre y mujer? ¿Mujer y hombre? Acaso, dos personas del mismo sexo no pueden sentir amor entre sí, ¿será que el amar entre  hombres o mujeres es menos sincero y verdadero que el de un hombre y una mujer? ¿O es este un amor indigno? ¿Un amor prohibido?

Por qué, es mi gran pregunta. ¿Qué te da o qué te quita el que dos seres similares se amen y profesen su amor?

No me digas…

Sé que me hablaras de la sociedad, de la religión, del cómo esta forma de amar está estigmatizada y satanizada por aquellos que tienen el poder, que dicen que es algo contra natural, que la homosexualidad es una enfermedad, entre muchas cosas más.

Pero ahora respóndeme algo, ¿qué se hace con todo ese amor, gusto, atracción sexual o deseo que se siente por esta persona?

¿Es sano que para complacer a otros (familia, sociedad en general) debe uno mentirse a sí mismo y obligarse a estar con alguien por el que no siente nada? ¿Es eso justo?

¿De qué sirve que el amor que esas chicas o chicos sientan sea bonito, verdadero, honesto, que tenga la mejor intención de hacer y ser feliz con su igual, si de todas formas la familia prefiere un hombre en el caso de una pareja lésbica sin importar si la ame, la respete, o si, al contrario, la golpee o le sea infiel? Un momento…  ¡Claro! se me olvidaba: “El qué dirán”.

“¿Yo tener una hija homosexual?  ¡JAMAS! prefiero que sea puta a que sea eso”. Muchos padres dicen tolerar y  supuestamente respetar aquello (ver un homosexual en la calle, tener un amigo o amiga de ambiente), eso sí, siempre y cuando el marico o la lesbiana no esté en casa,  no sea un hijo (a),  un hermano (a),  o alguien cercano a ti, que te duela, ¿cierto?

Qué triste es ver como un padre o una madre por ese temor, por ese creer que no es lo correcto, hagan de la vida de su ser amado (hijo o hija) un vacio, una mentira, una gran falacia y no vean el gran sufrimiento que le causan.

Qué fácil es señalar, juzgar y condenar a una persona por ser, sentirse y amar de una forma diferente, pero qué difícil es de verdad ponerse en el lugar de esa persona y aceptarla, apoyarla, acompañarla en el largo camino de esta vida que al final es solo un paseo efímero.

Ahora te pregunto ¿El amor que sientes por tu hijo o hija está condicionado o limitado por tu religión, tu posición política, por el qué dirán de esta sociedad que lo rechaza? ¿Tú también quieres re-generarlo? ¿Convertirlo? ¿Tú también lo condenarás? ¿Tu amor de madre o padre no aceptaría que entre tus descendientes exista uno que ame de una forma diferente?

*Lariza Key es activista en derechos humanos en el área de diversidad sexual, género y niñez. Forma parte del colectivo Lesbianas que fomenta proyectos de vida en sectores populares en barrios caraqueños.

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