El coqueto de mi celular
Los chats y los mensajes de texto pueden ser buenos aliados para ligar. ¿Cómo les sacamos provecho siendo felices en el intento?
Soy una veterana en esto de empezar relaciones.
Lo sé porque la primera vez que un chico me invitó a salir, me llamó por teléfono para proponerlo (¡todavía no existía Whatsapp!). Fue un trabajo duro para él:
“Hola Mari, soy…yo…quería que…que…que…quiero ir a comer un helado…y bueno, yo, yo, quería que… que…”.
El desenlace fue un helado en el parque, pero yo lo recordaré el resto de mi vida porque no volvió a suceder: nadie volvió a llamarme por teléfono nunca más con la lengua enredada para invitarme a salir por primera vez.
Llegó la era de la mensajería de texto, de la inmediatez. Años más tarde, su efecto nos envuelve:
hoy, siete de cada diez jóvenes entre los 18 y los 34 usan su celular para flirtear,
indica un estudio de la firma de telecomunicaciones AT&T. Pero ¿Lo estamos haciendo bien o mal? Acá algunos tips:
Las pretensiones
Podemos hablar sobre los vinos más finos o las películas predilectas de nuestro interlocutor sin siquiera haberlas visto. Podemos pretender que somos grandes eruditos, porque San Google hace el trabajo. Para el Ph. D. en sicología Allan Fernández, este es un comportamiento natural: los seres humanos nos “autoeditamos” para parecer más deseables. Pero aunque pareciera muy conveniente, no será tan fácil pretender cuando estemos frente a frente.
Tip: Utiliza Internet para encontrar datos curiosos que sabes que le interesan a esa persona, pero cuéntale siempre de dónde los sacaste.
Falta de malicia
Quien te habla por Whatsapp puede parecer tierno o cariñosa, pero también puede estar mintiendo. Si apenas estás conociendo su mundo, no pretendas comprenderlo todo. Ve paso a paso y toma precauciones: que hayas hablado mucho con él o ella, no significa que le puedas tener confianza.
Tip: Pídele que se vean en un sitio público o con otros amigos. Eso te permitirá romper el hielo más fácilmente.
Las advinanzas
Una carita feliz es solo eso: no es una declaración de amor ni una forma fácil de cortar la conversación. Claro que alguna vez lo habremos intuido, porque la mensajería “induce a la interpretación y eso es un hecho incuestionable”, dice Fernández. Pero jugar a las adivinanzas o, peor aún, al analista político de las conversaciones, puede volvernos ansiosos y obsesivas.
Tip: Puedes jugar un rato (porque de eso se trata el coqueteo), pero cuando no entiendas algo y pienses en ello durante más de una hora, quizá sea un buen momento para preguntar: ¿a qué te refieres con…?, ¿qué significa…? No vas a quedar como un tonto si tu duda es sincera.
El atrevimiento
Las relaciones incipientes tienden a textear más que las consolidadas, demuestra un estudio del 2011. Es común que nos sintamos más confiadas o seguros detrás de un dispositivo que marca la distancia para atrevernos a decir lo que en persona nos resultaría complicado, como preguntar le gustamos o pedir una disculpa, dice la Ph. D. en sicología social, Theresa DiDonato. Por amor a tu elegancia: no termines una relación, por incipiente que sea, ni hieras a alguien intencionalmente vía mensaje de texto.
Tip: Innova y rompe la rutina: de vez en cuando propón un plan raro como encontrarse en un punto a una hora y dejar de mensajear por el resto de la tarde. A veces, descansar de la tecnología también nos acerca a las personas.
¿Y qué tal si hoy, en vez de enviarle un mensaje de texto, le llamas?
María Fernanda Cruz es comunicadora de la Universidad de Costa Rica con énfasis en periodismo. Los primeros tres años de su carrera los dedicó a entender a las mujeres y al placer escribiendo sobre ambos. En Hablemos de Sexo y Amor mezcla sus dos pasiones: la tecnología y la sexualidad.