• Hacer el amor
• Problemas sexuales: cómo superarlos

El hombre que no disfrutaba sus orgasmos

By Sarah Moses on 23 diciembre, 201510 abril, 2024

Imagínate que cuando eyacularas sintieras… nada. Nada de gozo, solo un chisguete (¿No entendiste?, pregúntale a Google). Tu cerebro no sabe tener orgasmos. Esto es real y tiene un nombre: anhedonia orgásmica.

Para la mayoría, un orgasmo significa placer desbordado. Pero para un chico italiano, el clímax no tenía nada placentero.

Excitarse no era un problema. Tener una erección tampoco lo era. Y cuando se masturbaba o su esposa le daba sexo oral, podía eyacular. El problema era que cuando esto sucedía, no sentía ningún placer.

El esperma sale, pero yo no siento nada

Bienvenido al mundo de la anhedonia orgásmica. Que significa simplemente ‘orgasmo sin placer’. Sabes que estás eyaculando, sí, pero como si te sonaras la nariz.

¿Y qué pasa realmente cuando tienes un orgasmo? Claro, comienza con estimulación sexual, cuando te masturbas o tu pareja te toca el pene o clítoris. Pero lo que realmente pasa está en tu cerebro.

Tus genitales están atiborrados de terminales nerviosas que envían mensajes a una parte de tu cerebro llamada sistema límbico. Este se conecta a otras partes del cerebro relacionadas con el sexo, incluyendo el importantísimo centro del placer.

Cuando el sistema límbico recibe más mensajes, te excitas y la sangre fluye hacia el pene o clítoris.

Con suficiente estimulación, el sistema límbico recibe tantos mensajes que dispara una gran cantidad de hormona dopamina para ser liberada en los centros de placer del cerebro. ¡Zoom! Y ahí es cuando experimentas el orgasmo y el placer intenso, espasmos musculares, y probablemente acompañados de gritos.

Tal vez tengo una enfermedad terrible

Y hablando del chico que no disfrutaba sus orgasmos. Durante 4 años visitó doctor tras doctor para descubrir qué pasaba con él. Explicaba que aunque su pene se ponía duro y sabía que estaba eyaculando, simplemente no sentía nada cuando le pasaba. Le hicieron todo tipo de estudios médicos, pero el resultado siempre era el mismo: físicamente no le pasa nada malo.

Finalmente encontró una clínica especializada en problemas sexuales. Y conoció al Dr. Domenico Trotta, experto en medicina sexual.

El Dr. Trotta revisó su historial clínico y se dio cuenta de que los problemas orgásmicos de este hombre no estaban en su pene, sino en su cabeza.

Reprimido

El hombre tomó terapia con el Dr. Trotta y empezaron a descubrir por qué no podía disfrutar de sus orgasmos. El Dr. Trotta comentó que se necesitaba “un entendimiento de la complejidad de la mente sexual masculina”.

Después de una profunda investigación sicológica, el Dr. Trotta lo confrontó con la idea de que él no se permitía responder a los sentimientos eróticos. Y comenzó a ver que su problema de verdad podía estar en su mente. Descubrió que toda su vida creyó que el sexo era algo que debía ser reprimido. Y se dio cuenta de que había estado tratando de controlar tanto sus impulsos sexuales, que estaba inhibiendo su propio placer sexual.

Y por fin, después de años de contener sus orgasmos, gradualmente aprendió a dejarse ir. Por primera vez en su vida sintió placer sexual. Y por fin, cuando su esperma brotaba, su sistema límbico también aprendió a dejar volar la dopamina. ¡Zoom!

¿Hay por ahí alguien con anhedonia orgásmica? Por favor cuéntanos tus experiencias.

​