El proyecto de vida: una obra siempre en construcción

By Redacción Hablemos de Sexo y Amor on 21 abril, 201717 febrero, 2022

No siempre es fácil plantearse un “proyecto de vida” pero quizás los tips que nos brinda nuestra colaboradora Génesis nos pueden ayudar a dar los primeros pasos para armarlo

Fuente| Escrito por: Génesis Luigi, Psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela | UCV
Activista por los Derechos Sexuales y Reproductivos

Cuando tenía ocho años solía jugar mucho con mis muñecas—se los juro, hubo una época sin celulares inteligentes, ni Instagram. Yo creía que a los 25 años iba a estar casadísima con un hombre exitoso, sería una gran ejecutiva y tendría unos bebés preciosos. Todo como debía ser en mi imaginación llena de cuentos de hadas y estereotipos de género. Actualmente, las cosas no son como soñaba entonces, estoy feliz siendo algo muy diferente. Por eso, tener un proyecto de vida estructurado pero flexible te permite tener tus propias ideas sobre lo que quieres y un modo de lograrlo.

Empecemos definiendo qué es un proyecto de vida, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), es un proceso permanente de formulación de metas de manera autónoma, para el que se llevan a cabo planes según los objetivos que la persona considera valiosos. Es decir, un plan para lograr tus metas en el que establecerás lo que quieres ser y los pasos para lograrlo. Como proceso permanente y autónomo, implica que siempre será una obra en construcción de la que solo tú estás a cargo.

Plantear todo un proyecto para nuestra vida puede ser abrumador al inicio.

La primera pregunta indudablemente es ¿Y por dónde empiezo?

Toma un momento para ti:
Busca un lugar tranquilo. Regálate ese instante, vas a planificar para la persona más importante, tú.
Re-conócete:
reflexiona sobre quién eres ahora, cuáles son tus valores, necesidades, habilidades y aspiraciones. Es la hora de las preguntas ¿Qué es importante para ti? ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿En qué puedes mejorar? ¿Cómo te ves de aquí a dos años, cinco años… 10 años?
Identifica tus metas:
escribir un libro en un año es una meta, escribir un capítulo cada mes, es un objetivo. Plantea objetivos específicos, que sean alcanzables, realistas y con un tiempo determinado.
Determina tus recursos:
establece lo que necesitas para lograr tus metas y objetivos. Es necesario el acceso a recursos —además de los económicos— como educación, grupos de apoyo, etc. No temas pedir ayuda cuando la necesites.
¡Actúa! haz que las cosas sucedan.
Mantén una actitud proactiva y positiva ante los desafíos y recuerda que de los errores también se aprende.
Evalúa:
¿recuerdan mi sueño a los ocho años? Hoy en día soy psicóloga y no espero tener a los dos bebés preciosos pronto. Quiero seguir estudiando y quiero viajar. Mi prioridad ahora es aprender. De eso se trata la evaluación de tu proyecto, revisar si tus metas se alinean con lo que quieres y modificar lo que sea pertinente.

Esta pequeña guía no solo se limita a lo que quieres estudiar o la profesión, implica tomar en cuenta todas las áreas de tu vida como el bienestar físico, vida social y también la afectiva, incluyendo la sexualidad.

Este último punto, incluye decisiones sobre la pareja, el tipo de relación que deseas, y otros aspectos como el inicio de las relaciones sexuales. Se vale preguntarte: si deseas hacerlo, cuándo quieres que eso pase , cómo te gustaría que ocurriera y con quién deseas que pase. Todo eso lo debes elegir tú.

Igualmente, el decidir si quieres tener hij@s o no, ¿cuándo?, ¿cuántos?, y ¿cómo? también es importante pensarlo. Que la maternidad o paternidad lleguen porque tú lo decidiste, no por azar. Uno de tus mejores recursos son los métodos anticonceptivos y los servicios de orientación. Esto te permitirá disfrutar de una adolescencia en la que puedas enfocarte en tu desarrollo personal.