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“El sexo es como las papas fritas”

“Una vez que las pruebas, quieres más” dice el slogan de un comercial de papas fritas en México, lo mismo te sucede cuando inicias tu vida sexual, dice Norma Ileana Robles, quien decidió iniciarse a los 21 años, una edad más tarde que el promedio de mujeres latinoamericanas.

“Yo también me inicié a los 21 años” dice por su parte Fernando Ruíz. “ La causa principal es que he sido muy tímido. Me costaba mucho trabajo acercarme las mujeres. Claro que tenía deseos, mis amigos tenían ya actividad sexual y yo me sentía como raro”.

¿Cuándo iniciarse?

No existe edad ideal para iniciar relaciones sexuales pero “si estudiamos el funcionamiento del ser humano normal funcional y fisiológico, lo esperado es que la actividad sexual se inicie mucho antes que  los 21 o 22 años” sostiene la  sexóloga Claudia Rampazzo.

A groso modo los sexólogos dividen en varios grupos a los jóvenes y su inicio sexual. Rampazzo hace una clasificación muy particular:

Mujeres que continúan considerando la virginidad como algo importante y esperan al matrimonio para perderla. Aún se ve chicas de 30 que han esperado hasta el matrimonio.

Por otro lado están aquellas que si bien consideran la virginidad como un orgullo, han dejado de ser castas -castidad entendida como el hecho de no tener relaciones coitales, lo que no quita que una haya tenido relaciones sexuales anales, rectales y muchas veces sin protección, cosa que sorprende- .

Existen también subgrupos que valoran la castidad de manera global, es decir, mujeres que no han permitido ni sexo oral ni han tenido caricias eróticas, ni sexo anal ni nada de eso. Así llegan castas y puras al matrimonio.

Y por otro lado están las chicas y chicos avergonzadas y avergonzados de no haber tenido relaciones. “Esta situación no es muy frecuente pero cada vez me llegan más pacientes al consultorio a buscar ayuda con la pregunta: ‘que hice mal para llegar a los 23 años y no haber tenido todavía relaciones sexuales’. Estas personas incluso piensan que son disfuncionales”.

Presión social

Norma y Fernando han ido a la consulta de la doctora Rampazzo y ambos le han compartido sus inquietudes. “En la escuela nos enseñaron los métodos anticonceptivos y nos explicaron la anatomía de hombres y mujeres,  pero en casa yo no tuve ningún tipo de orientación” comenta Fernando.

Como muchos adolescentes, Fernando comenzó mirando revistas o hablando con amigos. “En mi casa no es que el tema estaba vedado, simplemente no tenía la confianza para hablarlo con mis padres”.

A Fernando le pesó no haberse iniciado sexualmente muy pronto. “Siempre hay como una competencia por ver quién ya tuvo relaciones, quién es el muchacho alfa  o dominante y uno se siente incómodo, relegado. Como que hay un patrón que nos indica socialmente que debemos ser campeones en todos los aspectos, también en la sexualidad”.

¿Pesa más en el hombre perder la virginidad tarde o no? Fernando piensa que sí. “Después de mi primera relación, me sentí liberado. Lo bueno fue que todo aconteció en una relación con una chica de la que estaba muy enamorado y para mí fue un aspecto que me enriqueció mucho. Toda esa presión social quedó a un lado, lo importante para mí fue estar bien con mi pareja, ya no quise seguir en competencia y mucho menos estar presumiendo”.

Fernando no entiende de una relación sexual sin sentimientos o cariño. “He tenido relaciones sexuales eventuales, pero me dejan vacío no me dejan esa satisfacción, esa plenitud. Uno puede tener satisfacción física pero no emocional”.

Madurez emocional

“Yo ya estaba en la universidad y prácticamente todas mis amigas habían tenido su primera experiencia sexual”, comenta por su parte Norma. “Yo era de las pocas o la única, que todavía no lo experimentaba. Pienso que la crianza tradicional recibida de mis padres y el hecho de ser ‘provinciana’ han sido factores de influencia para mi decisión de esperar”.

Norma consideraba que debía estar emocionalmente preparada, estable, saber cómo protegerse y sentirme segura de dar el paso. “Y esa seguridad la sentí hasta después de los 21 años. Lo mío fue muy pensado y comencé sin dudas, sabiendo lo que hacía y estoy muy satisfecha con la decisión que tomé. Hoy en día puedo experimentar y conocer mejor mi sexualidad y he aprendido a satisfacer a mi compañero”.

Cada uno a su tiempo

Como consejera y terapeuta sexual, la doctora Rampazzo se dedica a despejar dudas  y a bajar la angustia de los pacientes. “Les decimos que no se preocupen, que uno no necesita iniciar la vida sexual a tal o cual edad. Lo que hacemos es informar de los beneficios de tener una relación sexual, afectiva, completa y trascendente”.

Según Rampazzo, los estudios indican que las personas que tienen pareja tienen mejor salud, se enferman menos y viven más años, siempre y cuando se trate de una relación estable y feliz. “Si no deseas iniciar tu vida sexual no te aflijas, no estás lista o listo aún. El erotismo y la sexualidad, aunque no se ejerzan a plenitud, no van a enfermar a nadie,  es como las vacaciones: si no las tomas, no te vas a morir. Pero te estás perdiendo experiencias agradables, como conocer nuevos territorios y,  lugares maravillosos. Lo mismo sucede con el sexo”.

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