Llegar virgen o no al matrimonio
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¿Llegar virgen o no al matrimonio?

Muchas son las posturas y variantes acerca de este tema, pero ¿nos hemos preguntado cuál es la nuestra? Quizás es momento de conocer una perspectiva diferente de la mano de nuestra bloguera Sandra y que nos cuentes tu opinión

En Occidente, la tradición de vestirse de blanco para contraer nupcias no es demasiado antigua. Se cuenta que fue la reina Victoria de Inglaterra quien la inició cuando, en 1840, se casó vestida con ese color que además simboliza varios valores, entre ellos la pureza y también la paz.

Sin embargo, todo es cuestión de tradiciones y costumbres en dependencia del lugar en cuestión, de hecho en países del oriente, como China, el color preferido para las novias es el rojo.

Aún más reciente es la vinculación entre dicho color y la virginidad de la mujer, porque tenemos que reconocer que tanto la sociedad como la iglesia no le piden al hombre llegar virgen al matrimonio, sino solo a ella; como tampoco le exige a él que se vista de determinado color durante el casamiento. Como suele pasar, para ellos la vida es mucho más flexible en muchos aspectos.

Podríamos decir además que la necesidad de llegar virgen al matrimonio ha sido solo una imposición para las mujeres y es reforzada por la mayoría de las religiones. De manera que hay países donde puede llegar a ser una cuestión de vida o muerte. La preocupación ha sido tanta que hay chicas que deciden operarse con la finalidad de recobrar el himen, el garante de la virginidad. Un dato curioso: en el año 2012 se lanzó al mercado en la India la crema “18 Again”, (Otra vez 18) la cual presuntamente ayudaría a recobrar la supuesta tensión que tienen las paredes vaginales cuando no se han tenido relaciones sexuales con penetración.

La virginidad ha sido relacionada además con la inocencia y esta ha sido convertida en una condición de la mujer “decente” a la hora de llegar al matrimonio.

En este sentido la presión social que se ejerce sobre las chicas es importante. Esta inocencia demandada socialmente también ha presupuesto la ignorancia y el saber poco del asunto.

De manera general se presupone que mientras más desconocedora sea la muchacha en estas cuestiones más virtuosa, más pura y por tanto elegible para el casamiento (De hecho en muchos países cuando una mujer va a contraer segundas nupcias y quiere hacerlo de blanco se le cuestiona). El color blanco de ese vestido de novia entonces estaría hablando entonces más allá de lo que realmente es: la luminosidad máxima, en su lugar se le adosan una serie de expectativas y creencias de importante carga religiosa y que para nada tienen que ver con la sociedad contemporánea.

Intentando reflexionar sobre lo anterior y siendo prácticos existe una creencia bastante generalizada de que para llegar a dominar algo y sentirnos cómodos y confortables primero hemos de practicarlo varias veces. Pensemos por ejemplo en aprender a remar. Luego de haber leído sobre el asunto, conversado con amigos, haberlo hecho un par de oportunidades acompañados de una persona como mínimo medianamente experta es que sentimos la confianza como para tomar nosotros los remos e irnos solos a remar.

Sin embargo, en el caso de la llegada virgen al matrimonio se le pide a la chica todo lo contrario. Creo que esta es una de las pocas circunstancia de la vida humana donde la inexperiencia es bien premiada.

Pero como decía con anterioridad, la sociedad ha cambiado y evolucionado hacia la emancipación de las mujeres y hombres, librándonos de juicios de valores que más bien nos perjudican, nos tensionan y no nos hacen poder decidir con conciencia lo que deseamos. Por suerte, actualmente podemos acceder con total libertad a la información de calidad y actualizada sobre esta y otras cuestiones relacionadas con el erotismo y sobre todo podemos compartir nuestras experiencias y vivencias con amistades y familiares y de igual forma acceder a servicios de consejería y terapia en el caso de que sea necesario.

Además ya hay muchas parejas que se nos han adelantado y nos han allanado el camino, pues unas han decidido casarse del color que más le gusta, independientemente de las costumbres; aquellas otras que prefieren vivir un tiempo antes como etapa de experimentación y preparación para el futuro matrimonio, como también quienes deciden nunca legalizar la unión pues se sienten cómodos en esa situación y ha sido su elección. Esto también ha sido posible porque somos más independientes económicamente, pues en muchos casos al tiempo que estudiamos también trabajamos, de manera que nos es común hacer nuestras propias elecciones.

En cualquier caso, llegar o no virgen al matrimonio, considero que es una decisión que han de tomar las chicas con responsabilidad hacia sus propias vidas y no por la asunción acrítica de una tradición cultural y mucho menos por la presión que ejerce la sociedad ni su futuro esposo.

¿Y tú que piensas? ¿Te atreverías a casarte de lila por ejemplo? ¿Te gustaría vivir con tu pareja un tiempo antes de decidirse por el matrimonio? Compártenos tu comentario aquí o únete a la discusión en Facebook

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Recent Comments (3)

  1. La virginidad importa pero
    La virginidad importa pero más aún es importante lo que sientes por ella y ella por ti sí de verdad la amas y ella a ti que más da sí es virgen o no con tal de que te sepa amar, querer, valorar, comprender ETCÉTERA lo importante es como nos podríamos con la persona que amamos

  2. yo me case a los 19 años
    yo me case a los 19 años vestida de blanco y le entregue mi virginidad a mi esposo y estoy felizmente casada le-doy gracia a mi dios por tener un hombre maravilloso

  3. la virginidad no es una
    la virginidad no es una cuestión fisica sino mental. Una mujer podrá ser virgen por no haber sido penetrada pero eso no garantiza que sea inocente o que no haya realizado prácticas sexuales de otro tipo.

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