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Lo que me irrita de mi pareja

By Redacción Hablemos de Sexo y Am on 1 enero, 201517 febrero, 2022

Sucede tanto en relaciones estables o en lazos sentimentales que recién comienzan: características o peculiaridades de la pareja que irritan.

Sin embargo, porque la amas, las pasas por alto  o las intentas cambiar  -o tu relación muere en el intento-.

Le preguntamos a 5 seguidores de Hablemos de Sexo y Amor sobre irritaciones en su relación y cómo las superan.

• “Mi adorable sabelotodo”
  (venezolana, 29 años)
  
  Mi actual pareja, una o dos veces por semana, tiene la habilidad de ser poseída por un profesor de esos pesadísimos de historia explicando la llegada de Colón a América. Se los describo: una mano metida en el bolsillo, la otra decorando la barbilla y la mirada a la lejanía con ceja levantada y todo.
  
  Acompañemos esta pose con una conversación en un tono sobrado o “sabelotodo” y un giro de cabeza como diciendo “no sabes lo que dices” mientras los demás opinan. Esto viene a ser la receta perfecta para que se me atraviese el apellido y se me olvide eso de contar hasta cien.
  
  La escena se repite tanto en una discusión de quién dejó esto fuera de lugar como en la preparación de la cena. Sí, me molesta enormemente esa actitud, pero a pesar de eso yo sería capaz de que me quedara la materia solo por seguirlo viendo todos los años.

• “Me interrumpe cuando hablo”
  (mexicano, 27 años)
  
  Llevo poco más de 3 meses con mi novia, por lo cual se puede decir que sigo en la etapa del “amor ciego”, aquella en la que (casi) nada te molesta y ella te parece perfecta. Pues bueno, puede ser que la oxitocina en mi cerebro este bajando de nivel, pero últimamente encuentro sumamente irritante el hecho de que no pueda terminar una oración sin que ella me interrumpa.
  
  En un principio mi estrategia fue dejarla hablar tanto como quisiera, al punto al que se le fatigara la lengua, momento en el cual comenzaba a hablar yo. Esto no funcionó. Acto seguido, intenté tratar de seguir hablando sin importar que ella me cortara y, al final,  estuviéramos hablando los dos al mismo tiempo. Esto, lógicamente,  tampoco solucionó el problema.
  
  Por último, en un momento de desesperación total, le dije que era imposible tener una conversación con ella, ya que nunca me dejaba terminar lo que tenía que decir. Y felizmente funcionó: ella intenta, muchas veces de manera infructuosa, dejarme hablar hasta por lo menos un punto. Pienso que hemos dado el primer paso en la dirección correcta.

• “Mi ex era muy pegajoso”
  (cubana 26 años)
  
  Que se me pegara como una lapa y quisiera que hiciésemos todo juntos. Yo sé que en un futuro seré conocida como la señora que vive sola en el barrio y tiene siete gatos (aunque soy alérgica). Lo he asumido hace mucho tiempo.
  
  Necesito mi espacio, mi tiempo y mantener mi individualidad. Puede que fuera porque mi último novio era menor que yo, pero sólo comía cuando lo hacía yo, bebía cuando lo hacía yo y me seguía a todas partes cogiéndome de la mano. Era como tener un bebé gigante. NADA SEXY.

•  “No plancha su ropa”
  (peruana, 30 años)
  
  Algo que siempre me gustó  de mi esposo desde que lo conocí  fue su forma de ver el mundo, muy tranquila y feliz , sin nada de complicaciones, y muy informal.  A él le da igual conversar con un panadero que con un banquero, y para nada le preocupa el qué dirán ni qué vistes ni calzas.
  
  A veces se vuelve extrema esta situación y llega a no importarle si la camisa que lleva está planchada o no. Si antes, verlo sonriente con su camisa favorita, limpia -pero  totalmente arrugada- me causaba ternura, ahora me irrita a tal punto que prefiero no salir con él si no se coloca algo, según yo, decente.
  
  Él sigue sonriendo y busca siempre la manera de salirse con la suya: compra camisas de eterno planchado (cosa que, he comprobado, no es cierto) o viste suéteres o playeras que nunca se arrugan (al menos nunca delante mío).
  
  Como siempre me negué a los roles tradicionales en la pareja y muy rara vez me verán con delantal o plancha en mano -y aunque existan por ahí personas que aún piensen que ´la mujer de esa casa descuida a su familia´-,  tengo que decir que las salidas creativas de mi esposo y ahora de mis hijos,  no serán una solución elegante del buen vestir, pero me hacen sonreír.

• “Dejaba todo abierto”
  (mexicano, 26 años)
  
  Odiaba que dejara las cosas destapadas. Siempre, cualquier cosa; dejaba todo destapado; al principio lo mencionaba porque me parecía molesto tener que estar tapando yo mismo las cosas. Pero luego entendí que a mí no me cuesta nada taparlas; así que, como en un juego en equipo, comencé a hacerlo yo y evitar que algo sin importancia afectara nuestra relación.
  
  Al final de cuentas uno no debe dejar que estas tonterías desgasten una relación; sería mejor prestar atención a cosas importantes, como la cercanía, los detalles.
  
  Es cuando eso se pierde cuando de verdad algo anda mal. Y ojalá  nos diéramos cuenta a tiempo; ojalá hubiera un indicador tan sencillo de notar como dejar las cosas destapadas para arreglar esas cosas a tiempo. Porque suele ser que el frío llega y ya es demasiado tarde, la relación se rompe.
  
  Es difícil por el modo en que terminan las cosas, pero sé que al final las cosas buenas perduran por encima de todo. Que lo que de veras es bueno es indestructible, y esas buenas huellas siempre se quedarán conmigo.

¿Y a ti, qué cosas te irritan (o irritaban) de tu pareja? ¿Cómo solucionabas la situación? Déjanos tu comentario aquí o en Facebook.