excitación
Mirjam van den Berg

¿Qué tan fácilmente te excitas?

¿Te excitas sexualmente cuando te bañas? ¿Qué tal cuando ves a una persona sexy que no conoces? La facilidad con que entres en calor -o te enfríes- varía mucho de persona a persona.

Estás en clase y descubres a esa chica guapa sentada frente a ti. Tiene una hermosa sonrisa y piernas largas, y te parece muy atractiva. Tu imaginación vuela  y muy pronto te imaginas besándola en el baño de la escuela.

Desde luego que en realidad no haces nada. No es el momento ni el lugar para excitarse ni tener relaciones sexuales con esa linda chica. Tampoco es probable que ella esté dispuesta a hacerlo. Ni qué decir del maestro que seguramente no está a la espera a que sucedan ese tipo de cosas en su clase.

Frenos sexuales

La razón por la cual no saltamos a la cama cada vez que algo nos excita es porque una parte de nosotros pone el freno al deseo sexual en situaciones inapropiadas, según explicó el Dr. Erick Janssen, experto en sexualidad, en el último Congreso Mundial para la Salud Sexual.

Los frenos de inhibición sexual funcionan de dos maneras. La primera tiene que ver con la ansiedad del desempeño –podrías perder ´inspiración´ si, por ejemplo, te preocupas demasiado por complacer a tu pareja-. La segunda está relacionada con las consecuencias de tener sexo, digamos, que te preocupe que te puedan sorprender tus padres.

Lo interesante es que, lo que puede apagar por completo a una persona tal vez no tenga el mismo efecto en la otra. Tomemos, por ejemplo, el sexo sin protección. Digamos que estás en la cama con una nueva pareja y esta no quiere usar condón. Para algunos chicos, el sólo hecho de pensar en el asunto les hace perder la erección. Sin embargo para quienes son deshinibidos, casi no existe nada que les pueda hacer perder la erección.

Acelerador sexual

La excitación sexual es la otra cara de la agitación, es como cuando aprietas el pedal del acelerador que revoluciona y te enciende, dice Janssen, o -si eres inhibido- cuando desaceleras y te apagas.

Tu baño matinal es el ejemplo perfecto. Cuando te pones debajo de la ducha y sientes el agua caer y masajear tu cuero cabelludo, mientras te enjuagas el shampoo ¿sientes placer al borde de la excitación? Resulta que el baño puede ser súper excitante sexualmente para quienes pueden echan a andar el motor del sexo con facilidad. Mientras que para otras personas, darse un baño puede ser  tan sexy como dar un paseo por el parque.

¿Qué tan fácil te excitas? ¿Cuánto tiempo del día fantaseas con el sexo? Déjanos tu comentario aquí debajo o síguenos en Facebook.

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