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¿Sabes qué es la trata de personas?
La trata es el comercio, claramente ilegal, de seres humanos. Cada año 1,39 millones de personas en todo el mundo son sometidas a esclavitud sexual.
La trata de personas no sucede solo en las películas o en países exóticos, ¡es una triste realidad!
En algún lugar de Venezuela, una muchacha llamada Arely está intentando reconstruir su vida. Después de que murió su madre, acompañó a su abuela a vender empanadas por Maracaibo. Eventualmente, conoció a una mujer ‘bien bella y elegante’ que le habló de la posibilidad de ser modelo en México, le ayudó a inscribirse en Divas.com y le consiguió el tiquete de avión.
‘Nunca imaginé que llegando a Monterrey me iban a quitar los papeles y decirme que les debía $5.000 por un tiquete de avión’, relata Arely en el libro Esclavas del poder, una rigurosa crónica que la periodista mexicana Lydia Cacho hace por el mundo de la trata de mujeres y niñas por todo el mundo. Japón, México, Camboya, Turquía, Palestina, Argentina: la red no conoce fronteras ni autoridad alguna.
Así como Arely, cada año 1,39 millones de personas en todo el mundo, en su mayoría niñas y mujeres, son sometidas a la esclavitud sexual. Detengámonos un momento en esta parte y se los pongo en altas: ESCLAVITUD SEXUAL. Significa que no importa si no quieres, si te duelen las piernas, si estuviste llorando toda la noche, si no hablas el idioma del país, eres el juguete sexual de alguien y tendrás sexo cuando se le antoje.
Hay más. No solo eres el juguete sexual de esta persona, sino que tiene la retorcida generosidad de prestarte o de alquilarte por horas o por noche. Entonces es un tipajo sucio, un europeo borracho, un loco que te lastima. Yo realmente no puedo explicar esto, entonces pongo el testimonio de una chica que terminó como víctima de una red de prostitución de los yakuza japoneses:
‘Esa noche morí. Era el 21 de abril de 1989. ¿Quién soy desde aquel entonces hasta hoy, en 2007? No lo sé, lo único que sé es que soy una criatura de Dios. Durante venticuatro horas unos 40 hombres me violaron de todas las formas posibles. Uno de ellos tenía una fijación con las niñas, me cargó y me arrullaba como si fuera un bebé, me metió en el jacuzzi y me bañó delicadamente cantando muy suave, como un psicópata’, cuenta Rhonda, una chica estadounidense.
Con una combinación de chantaje, adicción forzada a drogas, violencia y decomiso de documentos, esa persona te hace sentir que sos de él o ella y que sí, que en algún momento vas a poder pagarle la deuda y entonces vas a poder ganar tu dinero. No hay nada más poderoso y cruel que la esperanza manipulada: las cientos de miles de personas que creen que si obedecen a su proxeneta unas semanas más, solo unas semanas más…
La trata de blancas no pasa solo en las películas o en países exóticos.
Está pasando aquí, en Cancún, en Buenos Aires, en Managua, en San José, en la Ciudad de México. Aunque queramos cerrar los ojos, hacernos los idiotas, decir: ‘no, no, eso pasa en otros lugares’ o ‘vea, ellas son prostitutas por elección’, hay testimonios y signos claros de trabajo sexual forzado. En 175 países del mundo se ha documentado este fenómeno y en casi todos se ha comprobado una complicidad de autoridades judiciales, policiales y militares.
La esclavitud sexual funciona porque sigue habiendo demanda. Desde pagar $5 en el sureste asiático por una birmana o miles de dólares por una ‘virgen garantizada’, siempre ha habido clientes. Que saben, en su mayoría o que, tal vez, eligen no querer saber. Hace tres años detuvieron a tres hombres por tener a 25 mujeres como esclavas sexuales en un club nocturno en mi país. ¿Ya revisaste el control de calidad en tu night club local?
Es muy fácil olvidar que estas mujeres son personas. La invitación que nos hace la sociedad a traducir vagina, tetas y culo en un objeto sexual por sí mismo, simplifica la traducción mental. Luego nos llegamos a enterar que se llama Arely, tiene 19 años y llora pidiendo a su mamá.
Logró escapar de sus captores y antes de lograr, contra todo el sistema, un tiquete de regreso a Venezuela, vivió en un centro de rescate. Ahí la encontró Lydia Cacho y durante el día, hablaron de su historia, de los tratantes, de los lugares donde la tuvieron encerrada. De noche, como la niña que era, Arely dormía abrazada a un conejo de felpa.
Ahora está en Venezuela, una de las pocas suertudas que logró escapar, enfrentando el horrible reto de tener que reconstruir su vida luego de ser esclava sexual en pleno siglo XXI.
¿Has sido testigo o víctima de una situación similar, quieres hablar al respecto? Escríbenos en el foro de Hablemos de Sexo y Amor.
Recuerda que te compartimos diferentes puntos de vista, que no necesariamente representan nuestra postura, la decisión final la tomas tú.
Es triste lo k le paso a esa
Es triste lo que le pasó a esa chica que tuvo la valentía de escapar de allá. No será fácil pero poco a poco lograrás rehacer tu vida de nuevo.