Las mujeres caminan
El sábado 21 de enero fue el día para la cita de 5 millones de mujeres de todo el mundo quienes salieron a la calle en una protesta multitudinaria por los Derechos de la Mujer y la Igualdad.
¿Por qué? Se pregunta un señor que opina que de vez cuando hay que pegarle a su esposa para mantenerla a raya. Como me gusta cuando estos seres comentan en internet y pienso: aquí está, el culmen de la evolución descubriendo cómo usar los pulgares y twittear.
Yo le respondo, avanzado ciudadano: aquí la idea es que no se da un paso atrás y tu padre es quien va a renunciar a los derechos que tanto trabajo ha costado conseguir.
Obviamente esta marcha ha tenido lugar en Estados Unidos, se enmarca en las circunstancias políticas y sociales del país y es una protesta contra Donald Trump. Sin embargo, esta discusión ha sacado mucha basura que quedaba en el cajón. Esa que está bien incrustada, densa y seca, que es la que cuesta más limpiar, pero una vez que está fuera se queda todo limpio. Los restos, la que quedaba. La última.
Todo lo que estamos viendo y leyendo ahora no es que el mundo se haya vuelto loco y volvamos a la Edad Media, es que el mundo se está poniendo cuerdo. Ya no quedan argumentos para justificar la diferencia en los derechos de los géneros y solo queda gritar las últimas niñerías. Los argumentos machistas y retrógrados serán ya cosa del pasado. Ninguna mujer va a renunciar a sus derechos. Punto.
Es más, cada día se conquistarán más. Y para más personas. Hace 50 años hablábamos de derecho al trabajo. Hoy hablamos de tener el mismo salario y acceso a los puestos de poder. En 50 años se hablará de la mejor manera de plantar peonias en invierno.
No digo que ya esté todo hecho. La discusión continúa y aún nos quedan muchas – MUCHAS – cosas por hacer. Se darán pasos atrás, pero se volverán a andar. Cada país o cada estado o región elegirá líderes que tomarán decisiones nocivas, pero serán debatidas y eliminadas. El mundo camina hacia delante, tropieza, sigue y es mejor que cuando se cayó. Es cuestión de tiempo. Pero será.
Y esto es lo que da miedito a los señores que creen que hay que pegarle a las mujeres. La irreversibilidad del proceso. Quizás parezca que esto de la liberación femenina sea una etapa que un par de leyes y argumentos tontos pueden revertir en cualquier momento. No, etapa fueron los pantalones campana. Esto es la realidad. Una realidad en la que Donald Trump es presidente, pero 5 millones de mujeres salen a protestar al día siguiente de su investidura.
El sábado 5 millones de mujeres caminaron porque llevamos poco más de 100 años con el derecho a votar (y no en todos los países) y hoy entendemos que el involucrarnos en política estatal, local y nacional es fundamental.
El sábado 5 millones de mujeres caminaron porque la igualdad de género ha cambiado de raíz la economía, la organización social e incluso la relación de los medios de producción y un cambio así lleva mucho tiempo. Hay que cambiar toda una mentalidad de siglos de historia.
El sábado 5 millones de mujeres caminaron porque los derechos de la mujer aún no llegan a todas las mujeres y aún quedan muchos Donald Trump por el Mundo.
El sábado 5 millones de mujeres caminaron porque el tema de los Derechos y la Igualdad no es solo una cuestión de género, sino de grupo étnico, de orientación sexual, de clase social y salud.
El sábado 5 millones de mujeres caminaron porque aún queda mucho por hacer. Pero se hará.