Dioses se enamoran
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Los dioses también se enamoran

Hoy te hablaré de dioses y amores porque no todas las religiones ven las relaciones sexoeróticas y amorosas como tabú. A mí personalmente me encanta como la santería cubana aborda con transparencia dichas relaciones: se habla del tema tal como se vive, se reflexiona y se debate sin pero alguno.

Aquí empieza esta historia:

La Santería cubana es una de las religiones de origen africano que se practica, no solo en la isla sino a lo largo de Latinoamérica y el Caribe, fundamentalmente hispano, y tiene además como hermana al Candomblé en el Brasil

Dentro la Santería hay muchos dioses y diosas y se les nombra Orishas. Los hay además andróginos como Olokkun, que no se sabe si es hombre o mujer. En todos los casos, los que hoy son Orishas y son adorados por muchas personas, en el pasado fueron seres humanos, quienes se enamoraron, odiaron, festejaron, padecieron…

A diferencia de otras religiones, la Santería se acerca desde el mito inicial a las relaciones sexo-eróticas, y lo hace de manera desprejuiciada, podría decir, pues los orishas establecen relaciones entre ellos, se aman, casan, divorcian, desenamoran, forman familias, entre otros.

Cuenta la leyenda que Oshun, quien es la diosa de la feminidad dentro de la Santería, era muy dada a los amores. Es símbolo del agua dulce, y tal como suenan los ríos, suenan sus carcajadas. Ella es una mujer feliz, además de bella y zalamera (cariñosa). Oshún endulzaba a sus pretendientes con sus propias mieles, lo que eventualmente podría generar rivalidad entre ellos.

Por ejemplo a Shangó, considerado el Rey entre todos los Orishas, lo envolvió en sus amores, a pesar de que él fuera el dios de los truenos, los rayos, la justicia, la virilidad, la danza y el fuego. Simplemente él sucumbio a su belleza.

Se cuenta entonces que entre Shangó y Oshún existieron amores muy ardientes, capaces de hacer temblar la tierra, a pesar de que él era casado. Oshún por su parte, amó a Shangó como a ningún otro Dios, al punto de dar en regalo a su hijo Logun a otra orisha, Oyá, y así poder casarse con Shangó.

Pero la historia de Oshún no quedó ahí. También enamoró a Oggún, orisha guerrero, es dueño del monte y de los caminos, a quienes mucho temían por su fuerza y capacidad para combatir. Oggún es símbolo del trabajo forzado. Pues la bella Oshún lo sedujo, cubriendo su cuerpo desnudo con miel y sacándolo del monte donde vivía y desde el cual cuidaba los caminos.

Al mismo tiempo, aprecio a las habilidades de Oshún para relacionarse eróticamente. Ella era una mujer/orisha con iniciativa, que no se contentaba con esperar a que apareciera el “principe azul” sino que salía a la búsqueda de su felicidad.

Así me gustaría que pudiéramos hacer nosotras mujeres todas: decidir cuándo y cómo podemos establecer una relación erótica o amorosa con otra persona.

¿Qué crees tú de ello? ¿Eres de las mujeres que como la diosa Orisha va en busca del amor?

¿Aprendiste algo nuevo?

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Recent Comments (1)

  1. Muy buen reportaje. .. estoy
    Muy buen reportaje. .. estoy iniciado en esta hermosa religión yoruba precisamente iniciado oshun y es totalmente cierto esas historias. Ademas oshun es protectora del vientre materno y la procreacion. Ashe a mi madre Oshun… Iyami Ladde Oo

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