Y tú ¿sabes sentir?
Marco Antonio se pone frente al público para que todos pueda verlo de cuerpo entero y pregunta lo siguiente:
¿Qué necesita el ser humano para poder sobrevivir?
Alimentación para el cuerpo y para el alma, protección, caricias, afecto y placer.
¿Cuáles son mis potenciales como ser humano?
Maravillarme de mi entorno ecológico y asombrarme de mi mundo afectivo. En una cultura que me quita mi esencia, me quita el sentir y me enseña a pensar. Probablemente aquí está el problema de la violencia en todas sus formas de presentación: seres humanos llenos de vergüenza, de culpa.
¿Cuánto le podría costar a la familia, a la nación y al país crear una educación para aprender a sentir?
En donde la familia sea la encargada de cubrir mis necesidades existenciales básicas y en la escuela se fomentaran las posibilidades existenciales que tengo como ser humano. En una educación donde la currículo fuera que me enseñaran a percibir sentir y pensar para saber decidir tomando en cuenta que la vida es un continuo tomar de decisiones para después actuar.
¿Qué pasaría si convierto y creo un espacio socio afectivo similar análogo al vientre materno donde me respeten sin condiciones?
¿Qué pasaría si puedo lograrlo? En una pedagogía en la que se pueda hacer aprendizaje significativo, aquí aparece una potencialidad humana hermosa: la creatividad. Pero solamente va a surgir si está en ausencia de la represión (todo aquello que impide la expresión de mi ser).
No existe en las escuelas de México una materia que enseñe a ‘aprender a aprender, a percibir y a sentir. No hay profesor en esta materia que me enseñen a ser sensible; como decía Paulo Freire ‘para que la educación sea una obra de arte’.
Marco Antonio saca de una bolsa negra una nariz de payaso y se la pone para continuar hablando.
Aquí es donde aparece el clown que se atreve a cuestionar al dogma para poder cambiar los paradigmas. El clown utiliza el ridículo como potente herramienta didáctica para trabajar al ego y fomentar la calidad humana. Para la salud mental que desde el existencialismo es el grado de escucha a mis necesidades físicas emocionales y sociales, para satisfacerlas, para lograr una máxima:
Si soy sensible soy incapaz de hacerte daño.
A continuación Marco Antonio se desviste, quedando totalmente desnudo ante el público.
Acompáñenme a desnudarnos el alma. Nunca me había sentido tan ridículo como hoy la verdad. Qué difícil desnudar el cuerpo, pero mucho más difícil desnudar el alma.
Esta presentación fue realizada por Marco Antonio Torres Argüello durante el Vigésimo Cuarto Congreso de la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS). Este texto forma parte de la cobertura especial ‘Corresponsales del placer’ realizada por Hablemos de Sexo y Amor.