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Enamorada de un hombre mayor y con hijos

By Redacción Hablemos de Sexo y Am on 26 diciembre, 201417 febrero, 2022

“Me he enamorado de un hombre que me dobla la edad y un poco más”, comenta Gisela. Ella tiene 24 y su novio, Javier, 52.

“Ambos estamos divorciados, tenemos hijos -por separado- (yo uno y él dos) y llevamos 3 años juntos. Me encuentro culminando una carrera universitaria y me considero una mujer joven normal, dentro de los parámetros de la sociedad.

Pero empezaré desde el principio. Por medio de una red social comenzamos a charlar sin la menor intensión de conocernos en persona. Sinceramente pensé que sería una conversación más, sin luz ni importancia, solo para pasar el rato pero… ¡sorpresa!, no fue así.

En un momento dado decidimos intercambiar números, por lo que las conversaciones se hicieron más frecuentes y yo empezaba a sentirme muy a gusto con estas charlas. Un día nos preguntamos si podíamos conocernos en persona. Yo no estaba del todo convencida, pues nunca había pasado el límite virtual, pero al final me animé y decidí ir a conocerle.

Abrazo decisivo
El encuentro fue especial y muy breve, no más de 5 minutos porque yo iba de ´escapada´. La cuestión es que fueron los 5 minutos que marcaron mi vida. El abrazo que recibí de su parte fue algo que jamás había sentido antes, fue cálido y sincero, envolvente y atrayente a la vez.

Y el “Te Quiero” pronunciado por él, me agarró de sorpresa y lo sentí de cabo a rabo. Pensé que eran ideas mías y ¡vaya que ideas!

A partir de ese día las cosas se volvieron algo diferentes. ¿Por qué? Porque empezamos a ser más íntimos. Empezamos a comunicarnos sobre todo lo que hacíamos durante el día, desde que nos levantábamos en la mañana, hasta que nos acostábamos a dormir en la noche. Fotos, mensajes de voz y textos son parte de nuestra comunicación diaria, además de las llamadas telefónicas.

Cualquiera diría que estoy obsesionada con mi móvil.

El tiempo pasó y quedamos en que él vendría a verme, sin aspavientos, sin apuros ni tapujos y sucedió:  Hicimos por primera vez el amor y créanme que fue algo que aún no consigo describir.

Fue MARAVILLOSO, y creo que desde ese momento quedé flechada porque empezaron a surgir en mí preguntas como “¿y ahora qué? ¿le seguiré gustando? O ¿me dejará o seguirá conmigo?”.

Dicen que las mujeres ligamos amor con sexo y pues, yo no fui la excepción. Me había empezado a enamorar de Javier.

A la distancia y en secreto
Pudimos sobrellevar casi año y medio de estar juntos sin vernos físicamente, solo por fotografías y vídeos que, casi a diario, nos enviábamos. Es indescriptible cómo nos sentíamos de cerca, aunque vivimos a 6 horas de distancia.

Fue a partir de nuestro segundo encuentro que comenzamos a hablar de nuestro futuro juntos. Algo que no será muy fácil, ya que esta relación la mantenemos en secreto. Solo 2 personas a parte de nosotros lo saben. Nadie más.

Pero desde que vamos en serio, comenzaron las angustias de cómo reaccionaran nuestras familias. Cómo reaccionarán mis padres, mi hijito o cómo reaccionará la familia de Javier, sus hijos son apenas algo menores que yo, 19 y 16 años respectivamente.

En su casa
Hace poco nos volvimos a ver. Esta, nuestra tercera vez de vernos en persona en tres meses, fue diferente. Yo pensaba que nos encontraríamos en algún lugar central en la ciudad, o que iríamos a un hotel, pero me dio la sorpresa de que iríamos a su casa.

Conocerlo en su terreno, verlo en su intimidad, permitirme ser parte de su vida íntima,  me emociona muchísimo. Ahora sí sé que el futuro juntos es en serio. Si la vida y Dios me lo permiten, hasta podríamos tener un hijo. Es la ilusión que ambos tenemos.

Sentimientos encontrados
Sabemos que no todo será color de rosa. Pensamos en lo cruel y dura que será la sociedad con nosotros,  pero eso no nos quita las ganas de estar juntos.

Los que más preocupa, realmente, es lo de nuestras familias. ¿Qué debo hacer?  Yo quiero mucho a mis padres y no quiero que vean a mi nueva pareja como un “flashback” de mi anterior relación (que, dicho sea de paso, también era un hombre mayor). Tampoco quiero que los hijos de Javier me vean como una madrastra malvada. Yo amo a su papá y quiero conocerlos y, si se puede, convertirme en la mejor amiga de ellos.

Gisela nos compartió su historia a través de la página de contacto de Hablemos de Sexo y Amor. Cambiamos su nombre con el fin de respetar su anonimato. Y tú, ¿Qué consejo le darías a Gisela o qué harías en la situación de Javier? Déjanos tu comentario aquí o en Facebook.