pareja cariñosa en fondo azul
(C) Love Matters | Rita Lino

Sin condón no hay intimidad

A ver cómo te lo digo para no herirte: o te pones el condón o me visto y me voy.

Por suerte, nos enfrentamos menos a esta situación…

Parece que los hombres – y la sociedad en general – van entendiendo que ponerse el preservativo es importante; especialmente cuando empiezas con alguien o tienes un encuentro esporádico.

Aún así, repitan conmigo: Sin preservativo no hay sexo, amigo.

Ahora, háganlo mientras les acarician el cuello y les susurran al oído cuánto más sentiríamos sin él; repítanlo – sin dudar, con voz firme y clara – cuando te miran con ojos de gato y te preguntan: ¿es que no confías en mí?

Una de las grandes preguntas es quién se debe encargar del condón a la hora de tener relaciones.

La respuesta es: ambos, porque el preservativo no debe ser elemento de desconfianza y los dos deben ser responsables con su propia salud y la de su pareja.

Esto es verdad, pero yo – llámame desconfiada – no bajo la guardia. Entre otras cosas, porque en caso de embarazo no deseado ¿quién no puede dejar el país y cambiarse el nombre?

Por eso, hay que poner la cara de mujer moderna e independiente y comprar un paquete tú misma – por mucha gente que haya en la farmacia – para luego llegar y decir:

¿Qué no tienes condón? No te preocupes, mira en mi bolso.

¿Hay algún problema, excusa barata?

Tenemos que estar preparadas, sobre todo, porque pretextos para no ponerse el preservativo hay todos los que quieras: que si sólo ha tenido una novia antes que tú, que si se acaba de hacer un test, que si saldrá antes de tiempo – ‘te lo juro’.

Según Naciones Unidas, cada minuto una mujer contrae el VIH.

Pues mira, justo en este minuto, no tengo ganas. Quizás mañana me pilla en modo masoquista, pero hoy…

Claro, tampoco se trata de repasar todas las estadísticas de infecciones, abortos y accidentes que ocurren a cada segundo. El anticlímax supremo. Lo ideal es que sea un acto natural: hacerlo rápido y con normalidad, una parte más de los preliminares.

Porque aquí viene mi excusa favorita: ¡es que no es nada erótico!

Tienes que parar todo el calentamiento, buscar la gomita, romper el envoltorio, colocarlo bien y todo eso con una sonrisita que diga ‘ya estoy contigo cariño…ya está…ya termino.. en nada…tú aguanta un poquito y no vayas a cambiar de idea’.

Seamos serios. En el sexo no todo es totalmente erótico: ¿quitarse los zapatos es erótico?, ¿cuando el sujetador se engancha es erótico?, ¿clavarte la palanca de cambios es erótico?, ¿que te pille tu abuela es erótico? Pero, hay que hacerlo, porque con zapatos no se puede tener sexo y con tu abuela mirando tampoco.

– ¡Y no, con calcetines tampoco, Jonathan!

Así que mira, amigo, déjate de historias; que en lo que me contabas todo esto ya te habrías puesto el condón, habríamos tenido sexo, habríamos llegado al orgasmo y ahora estaríamos comiendo tarta.

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