El cuerpo de una adolescente no está listo para un embarazo
Planificación familiar salva vidas, no las interrumpe. Muchas de las complicaciones aumentan cuando se es adolescente.
El embarazo es la principal causa de mortalidad en adolescentes en todo el mundo
Así lo establece la organización Save the Children en un estudio recientemente publicado. Un millón de mujeres adolescentes mueren cada año por problemas en el embarazo, en su mayoría provenientes de países en desarrollo, con escaso acceso a anticonceptivos, sanidad y programas de planificación familiar.
Puede parecer paradójico que los sistemas que ponen freno a la gestación sean, en última instancia, salvadores de más vidas de las que impiden. Pero las cifras, como establece el informe ‘El derecho de toda mujer: cómo la planificación familiar salva vidas de niños‘ hablan por sí solas.
No es una cuestión moral ni de responsabilidad; es un problema de salud. El cuerpo de una adolescente no está preparado para los requerimientos de un embarazo, ni para las demandas de la lactancia y los cuidados en sí de los niños.
Los mecanismos para revertir la situación vienen, como confirma el estudio, del escaso acceso a métodos de planificación familia en los países más afectados por el embarazo adolescente.
Latinoamérica, región en riesgo
Latinoamérica es la segunda región del mundo, tras África Subsahariana, con mayor índice de embarazo adolescente, representando el 18% del total de embarazos.
Es decir, 1 de cada 5 niños nacidos tiene madre adolescente. Así lo confirma también Berta Taracena quien, además, concreta que el índice de mortalidad es especialmente alto: ‘Guatemala, Haití y Bolivia ocupan los primeros lugares, aproximadamente el 20 por ciento del total de mujeres embarazadas son menores de 19 años, y la tasa de muerte en Guatemala es de aproximadamente 160 mujeres por cada 100 mil nacidos vivos’.
Unos índices que, como denuncia Taracena, parecen estarse diluyendo en las estadísticas mundiales.
‘Últimamente los ojos de los donantes, que nos han ayudado a llevar a cabo todo el programa de desarrollo, están más puestos en África y en Asia, donde por supuesto hay muchas necesidades, pero realmente todavía sí hay muchísimo que hacer en países latinoamericanos como Guatemala, Bolivia o Haití’.
Un problema de recursos: el caso de Guatemala
La causa del alto índice de embarazo adolescente y muerte prematura es el escaso acceso a los recursos y a la educación.
‘Guatemala es un país con muchas inequidades: tenemos áreas urbanas, pero también mucha ruralidad, la tasa de analfabetismo es muy alta, sobre todo en las niñas – y aquí viene también un problema de género – y la educación va directamente relacionada, porque a mayor educación hay mayor conciencia de los derechos de las niñas de adquirir servicios de salud sexual y reproductiva’, explica Taracena.
La pobreza, la falta de educación, la inequidad en los recursos y el limitado acceso a métodos de planificación son las principales causas del alto índice de embarazo adolescente
Por ello, si se hiciera un retrato de una joven madre embarazada, el resultado, nos describe Taracena, sería más o menos éste:
‘Una niña del área rural, indígena, que no tiene educación y con dificultad puede leer, que tiene muchos hermanos que ha tenido que cuidar, y que por el mismo problema de no tener acceso a educación se embarazó temprano sin saber siquiera que podían haber métodos de planificación familiar para prevenir ese embarazo’.
Por encima de los prejuicios sociales y de las tendencias más conservadoras, Taracena confirma que el verdadero problema es la falta de recursos, pues los padres son muy conscientes del riesgo para la salud que supone un embarazo prematuro.
Actualmente, es obligación del Estado guatemalteco proveer a la población de los recursos necesarios, una exigencia que no es capaz de cumplir. Retirada la ayuda que EEUU daba al país con la compra de anticonceptivos, la inversión actual en salud del gasto público no llega al 2 por ciento, por lo que muchas mujeres se ven privadas de este derecho.
‘El 60% de las mujeres que tienen acceso a métodos anticonceptivos, los tienen a través del Ministerio de Salud. Ellas no son capaces de adquirirlos en el plano privado, por lo costoso. Entonces el país tiene una gran carga en costos y no es capaz de cubrir a toda la población’, afirma Taracena.
La conclusión del informe de Save the Children se suma a la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas ONU: canalizar recursos para la salud reproductiva ayuda a salvar vidas, a estabilizar el crecimiento de la población y a la vez controlar la propagación del sida, a reducir la pobreza y promover la igualdad de género.