Lavar la vulva: Menos es más

By Idana Rodas on 2 febrero, 202328 febrero, 2023

Se lee V U L V A, no vagina… Esto es ya clase vista, pero siempre queda bien un repaso y actualización de cómo llamarla y cómo cuidarla

Vagina se refiere al canal interno que comunica la vulva con el útero, que permite las relaciones sexuales penetrativas, el parto y la salida del flujo menstrual. Mientras que la vulva es todas las partes visibles que finaliza el canal vaginal: clítoris, capucha del clítoris, labios internos y externos.

Super claro este punto, entremos de lleno con el tema que nos convoca. ¿Cómo es eso que menos es más? Bueno con nuestras vulvas siempre no han marcado distancia: desde los diferentes nombres que le ponemos, la repetida frase: ¡no se toque ahí!, y el eterno ir y venir de comentarios sobre la higiene y olores que según son característicos de nuestra vulva. Y Justo acá nos queremos estacionar…

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos señala que tu vagina se limpia y se mantiene saludable al mantener el equilibrio de pH correcto y limpiarse con secreciones naturales. La vagina contiene muchas bacterias “buenas”. Estas bacterias mantienen el equilibrio de pH ideal en tu vagina, que por cierto es ligeramente ácido, es lo que hace que nuestra ropa interior se deteriore un poco en el área de contacto directo con nuestros labios vulvares.

Ahora bien, ese pH ácido tiene como labor ser barrera para las bacterias “malas” que puedan infectar la vagina. Cuando usas jabones, aerosoles o geles, y sí, incluso agua, para lavarte dentro de la vagina, interrumpes el equilibrio bacteriano y esto puede provocar vaginosis bacteriana, infección por hongos y otras irritaciones.

La mejor acción para la prevención de estas situaciones es buscar mantener las barreras naturales que tenemos. El mismo cuerpo produce sus mecanismos de defensa. Lo mejor: evitar la “limpieza” o “higiene” exhaustiva, y aquí es donde decimos MENOS es MÁS, porque ese empeño absurdo por limpiar esa zona de igual forma que una camisa manchada con helado chocolate termina debilitando toda esa barrera natural que inteligentemente nuestro cuerpo arma para mantenernos sanas.

Hay muchos productos que nos recomiendan, pero ¿nos hacen bien? Aquí les compartimos la sugerencias de la ginecóloga Yvette León, parte del equipo del Portafolio Ginecólogico de ASOFARMA.

Jabón: Ya se lo dijimos pero más vale ser su tía fastidiosa que les repite las cosas a que se expongan por no saber… Ningún tipo de jabón debe entrar. Si es mucho el empeño de usar un jabón para estar más tranquila, existen “dermolimpiadores” que pueden usarse, sin olor, sin color… pero REPETIMOS con agua es suficiente, eso si hay que frotar con la yema de los dedos todos los pliegues.
Pantiprotectores de uso diario: no son muy recomendables. Los olores con los que vienen pueden irritar la zona y además aumentan la temperatura de esa área cuando la indicación es mantenerla lo más fresca posible. Si es muy necesario su uso solo limitarlo a los días finales de la menstruación. También, hay mujeres que producen mucho flujo y pueden usarlos los días de ovulación.
Toallitas húmedas: contraindicada. Poseen productos químicos que pueden afectar.
Productos con aromas: todos contraindicados, incluido hasta el papel higiénico. Esos químicos son muy irritables.
Duchas vaginales: FATALES. Prohibidas haces más de 30 años. Los químicos en la vagina no van…
Ciertas prácticas sexuales: A veces nos ponemos creativ@s sumando cosas comestibles como miel, jarabes dulces, cremas en esa área y pueden causar infección. Seamos creativos pero no arriesguemos nuestra salud.
Espermicidas: afectan los lactobacilos, esa capa protectora en nuestra vagina
Algunos lubricantes: depende el componente, pero evitemos esos lubricantes de origen casero o aceites. Usemos los productos creados específicamente con esa finalidad de lubricar y mejor la experiencia del sexo penetrativo.
Algunos antibióticos: El uso de antibióticos, aunque sean para tratar otras áreas, pueden atacar a los lactobacilos. Debemos pedir asesoría médica para evitar riesgos. controlarse médicamente.

Algunas recomendaciones para limpieza:

Atentas con el papel higiénico: ni rasposo, ni que deje pelusas y preferiblemente, sin aromas. Esto aplica también para las toallas sanitarias.
Lavado: al momento de asear la zona es importante lavar labios internos, externos y los pliegues entre ellos. No olvidemos el capuchón clítoris porque suelen quedar restos de flujo y se acumulan células muertas y puede dar pie a olores desagradables.
Ropa interior: Seguramente hemos escuchado que el material o tamaño de nuestra ropa íntima puede ser un factor de riesgo para infecciones: NO ES CIERTO, siempre que se mantenga limpia no debería haber riesgo de aparición de infecciones. Si bien la seda y el algodón tienen mejor ventilación, lo que influye es el nivel de sudoración de cada persona.

Descuidar alguno de estos cuidados/recomendaciones que les compartimos pueden estar abriendo una venta a las infecciones vaginales. Recordemos que no todas las infecciones vaginales surgen por contacto sexual.

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