acercamiento de copa menstrual — www.shutterstock.com

¿Cómo se usa la copa menstrual?

By Nancy Martínez García on 19 enero, 201817 febrero, 2022

Esta nueva alternativa para las toallas sanitarias y tampones ha traído muchos seguidores y detractores…

Fuente | Nancy Martínez, columnista sexperta, apasionada de la escritura y el chocolate. Maestrante en Consejería y Educación de la Sexualidad.

¡Un boom!

Había leído por todos lados que la copa menstrual era la solución top-non-plus-ultra para las mujeres, así que decidí investigar todo sobre ella.

Me metí a leer diferentes blogs, páginas de las marcas que las venden y numerosos reportajes que hablaban de ella. Vi videos de chicas que decían que la amaban, de sus experiencias con ella y de todo lo que implicaba usarla. Vamos, analicé cada uno de los pros y contras de este dichoso objeto.

¿Las ventajas que le encontré?

En primer lugar, su uso le daría un respiro a mis bolsillos. ¡Jamás volvería a comprar tampones o toallas! Además ya no generaría más basura en nuestro querido planeta.

Un buen día me metí a Facebook y encontré que Ka, locutora y maestra sexóloga educadora egresada de Instituto Mexicano de Sexología (Imesex), las vendía.

¿Qué talla usar?

Le pedí talla chica, ya que, según lo que me explicó, era la ideal para quienes no habíamos tenido un parto vaginal (mi hija nació por cesárea) y para quienes tenemos poco flujo.

La talla grande se recomienda para quienes tienen flujo abundante y para quienes hayan tenido un parto vaginal.

Al recibirla, me sorprendió su pequeño tamaño.

¿Cómo diablos esta cosita cumpliría con su misión?

Bueno, pues aun así, me aventuré a probarla.

El primer paso era esterilizarla
Había que sumergirla durante tres minutos en agua hirviendo para poder utilizarla propiamente.
Llegado el momento, entré al baño y puse una pierna sobre el inodoro
También se puede introducir al estar sentada en el escusado o en cuclillas. ¿Por qué? Porque el canal vaginal no es vertical, sino que se dirige un poco hacia el recto, o sea, es inclinado.

El instructivo y los varios videos que había visto en internet decían que había que doblarla a la mitad, como un taquito, para introducirla. Suena fácil, ¿Cierto? La primera vez no me resultó así. La doblaba, intentaba meterla y se soltaba. Si alguien me hubiera visto, hubiera reído con mi entusiasta torpeza.
Cuando por fin logré introducirla grité de emoción
Bueno, no realmente, pero me emocionó mucho que comenzaría este cambio en mi vida. Las instrucciones decían que una vez que se encuentra adentro, lo recomendable es rodearla con los dedos para asegurarse de que esté bien colocada.

A pesar de haber leído que una vez que se ubica en su debido lugar no hay riesgo de filtraciones, utilicé un protector diario a manera de prevención.

Salí a la calle e hice mi vida como cualquier otro día

Es más, puedo decir que se me olvidó que estaba ahí. Eso sí, no me olvidé más de 12 horas, que es el tiempo máximo recomendado para que la copa permanezca en su lugar.

Entré al baño y tomé el rabito (aunque lo ideal es agarrar la copa) que tiene en un extremo para sacarla. Al principio me costó trabajo y debo decir que me empecé a angustiar. Así que alcancé el borde de la copa para hacer vacío y que pudiera salir fácilmente. La jalé de un tirón y ¡voilà! Estaba fuera.

¿Qué si hice algún desastre?

Sí, en un principio fue complicado. Por ello se recomienda ingresar con una botellita de agua para enjuagar tu copa y tus manos dentro del baño. Si estás en casa, no habrá tanto problema. Una vez limpia, la introduje de nuevo y salí feliz a continuar con mi vida.

Al final del día la lavé con jabón neutro. Me la volví a colocar y me fui a dormir. A la mañana siguiente repetí todo el proceso.

Oficialmente puedo decir que quedé perdidamente enamorada de ella y que me arrepiento de no haberla comprado antes. ¡Pude haber ahorrado tanto dinero e invertirlo en algo para mí!