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Patear pelotas también es de ‘maricas’
Ser gay y hacer deporte a nivel profesional no es fácil, pero no por la capacidades físicas sino por los prejuicios sociales.
Resulta positivo que eventos como el Mundial de Fútbol Gay muestren que ser un deportista de alto nivel y tener una atracción por personas del mismo sexo no es incompatible.
No obstante, hay algo que me enoja y es que tengan que ser necesarios estos espacios porque no hay cabida para homosexuales en los torneos regulares. O, al menos, no salen del clóset. ¿Qué acaso un gay está genéticamente incapacitado para patear una bola?
Calidad gay
En las Olimpiadas de Londres 2012 participaron (solo) 23 atletas homosexuales, entre ellos el australiano Matthew Mitcham, quien logró el primer clavado perfecto en una cita olímpica. De ese grupo, 10 llegaron a casa con medallas. Entonces ahí queda, sepultado en kilos de oro, plata y bronce, la neandertálica idea de que los homosexuales no están hechos para competir físicamente.
Similar idea intentaron vendernos con las mujeres (‘Ay, mijita, cuidado que se lastima, vea que las pesas son muy, muy pesadas’) o con los negros (‘No, no es capricho mío, los bates de béisbol no están hechos para sus manos…’). Hasta donde sabemos, los ‘maricas’ que patean bolas pueden reventarnos 20-0 a cualquier equipo heterosexual.
Pero pasa que ligar deporte y homosexualidad choca con la idea clásica de que los deportes competitivos son cosas ‘de machos’. Supongo que lo mismo sucede en el Ejército: esto es zona de mucha hombría muchachos, no vayan a salir salpicados de testosterona si se acercan mucho.
Cambio de ruta
Los militares y dirigentes deportivos que se oponen a la participación de los homosexuales, porque no son todos, argumentan que su ingreso cambiará totalmente la dinámica del sistema. Pues claro. Tal como la sociedad ha debido cambiar y entender que dos mujeres besándose no significa pornografía o sacrilegio, los deportes pueden evolucionar. No caería mal.
Pero los dirigentes dicen no y no y no. Los aterroriza el cambio. Como dicen en Costa Rica, ‘si tiene miedo, compre perro’.
Y lo peor, el rechazo está institucionalizado.
Basta ver las partidas de básquetbol callejeras, los entrenamientos de tenis, las sesiones de ciclismo de ruta donde siempre está a mano tildar a los más malos de ‘maricas’. Lo sé porque lo he visto y lo he hecho, aunque no me sienta orgulloso de eso. Pero dicen que aceptarlo es el primer paso.
Hablarlo
Como muchos temas de los que hablamos en esta página, falta poner sobre la mesa el tema de los homosexuales y el deporte.
Aunque no sé qué tan atinados son ciertos comentarios… como el que hizo el zar de la FIFA en 2010, Joseph Blatter, quien dijo que los aficionados gays deberían abstenerse de tener sexo en Qatar 2022, al ser este un país que prohíbe la homosexualidad.
¿En qué quedamos? Nos toca a nosotros, los que sudamos en el sillón o en el estadio cada domingo decirles a los dirigentes deportivos qué pensamos al respecto, para al menos generar un debate.
Yo no sé ustedes pero a mí realmente me importa poco si los jugadores de la Selección Nacional son homosexuales, protestantes o vegetarianos. Yo solo quiero que traigan a casa la Copa del Mundo.
¿Opinas distinto? Déjanos saber en el foro de Hablemos de Sexo y Amor.
Recuerda que te compartimos diferentes puntos de vista, que no necesariamente representan nuestra postura, la decisión final la tomas tú.