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¡Advertencia! Nunca critiques al novio de tu amiga

En general no me gusta dar consejos pero esta vez me voy a arriesgar: cuando una amiga te cuente un problema con su novio, nunca (NUNCA) le hables mal de él.

Mi mejor amiga de la universidad tenía un novio terrible

Llevaban varios años juntos, pero él envidiaba que ella estudiara, le prohibía ponerse ropa que a él no le gustara y se ponía celoso cuando mi amiga se veía con gente de la facultad. Después de muchos problemas un día mi amiga me llamó porque habían roto. Tomamos un café y me contó todo. Yo le repetí lo que le había dicho varias veces: que mejor para ella, que él no merecía la pena, que ella era mucho mejor y que qué bueno que se lo haya quitado de encima

Dos meses más tarde me contó que llevaban tiempo retomando comunicaciones. Dos semanas después que volvían a ser pareja. Y tres meses más tarde ella desapareció cuando rompieron… cuando volvió, desgraciadamente, no era la misma.

Había roto con su novio, lo había superado e incluso tenía uno nuevo, pero nuestra amistad nunca volvió a ser igual. Simplemente se distanció.

Lo que yo pensé que era mi obligación como amiga, abrirle los ojos, fue una extralimitación por mi parte. Y peor aún, como sabía cuál era mi drástica opinión, no se sentía cómoda para contarme cuando tuvo un problema real.

Error descomunal que tenemos todas las mujeres (y quizás también los hombres, no lo sé) cuando nuestras amigas terminan una relación: hablar mal de su ahora ex novio.

Claro, queremos consolarla y para ello pasamos a hablar mal del ex: que si era un estúpido por dejarla, que si no la merece, que si estaba claro… MAL MAL MAL

Creo que seré una suegra terrible (la peor, de hecho). Porque ya tengo ese sentimiento de “no es lo suficientemente buena/o para ti” con todos mis amigos. Cuando me presentan una nueva pareja siempre le saco los fallitos y me voy haciendo una idea de cuál de todos sus defectos le va a costar a mi amiga meses de depresión. Así soy yo y es horrible.

Y no, no lo puedo cambiar, es superior a mí

De lo que sí me he dado cuenta y llevo a rajatabla es que nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia debes decírselo. ¿Por qué? Sencillo, si ya a la gente normal les cuesta aceptar la verdad, imagínate tú a la gente enamorada. Es que no la aguantan. Cualquier cosa que no sea el canto de un ruiseñor al amanecer es insoportable a sus vulnerables oídos. Pero hay otras razones.

Primero, porque no es tu problema. Puede que tu amiga sea una tonta, pero todo el mundo tiene derecho a equivocarse. No meterse en problemas que no son tuyos es, en general, una buena filosofía para la vida.

Segundo, y principal. Porque cuando vuelvan – porque VAN A VOLVER, dalo por seguro – tu amiga sabrá que su novio no te cae bien y que estás en contra de esa relación. Él seguirá siendo el príncipe azul pero tú te habrás convertido en la hermanastra fea y envidiosa. En casos extremos incluso te acusarán de querer separarlos por distintas razones.

Tercero y último: debido a la segunda razón tu amiga perderá la confianza en ti. No se sentirá segura para compartir las cosas buenas que le pasen y tampoco las malas, pues sabrá que estás en contra de esa relación.

Dicho esto. ¿Tenemos que permanecer pasivos ante cualquier situación de nuestras amigas? Depende (hay que afinar el criterio). El caso extremo sería cuando conocemos que una amiga sufre de malos tratos; entonces hay que andarse con ojo. Es importante ayudarla y estar ahí con ella, pero siempre haciéndole ver por ella misma el problema. Las imposiciones, incluso en estos casos tan extremos, no funcionan.

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