Candados para el amor
Idana Rodas Pulgar

¿Candados para el amor?

¿De dónde vienen esos candados que decoran (o perturban) el paisaje urbanístico de ciudades en todo el mundo? La bloguera Sandra Alvarez averigua los orígenes de esta peculiar costumbre.

El amor romántico indica la atemporalidad de la uniones, de tal forma que desde el momento del casamiento, o tal vez antes, las parejas ya están preocupadas por hacer cumplir el “hasta que la muerte nos separe”.

Entre los múltiples rituales que ha creado la cultura occidental para garantizar la unión de las parejas, está la de colocar candados en lugares públicos con los nombres de las personas que se aman.

Dicen que la tradición se deriva de un cuento serbio sobre una historia de amor durante la Primera Guerra Mundial; sin embargo, es en los años 2000 que se hace popular; de manera que ciudades como Moscú, Seúl, Roma, París son algunas de las preferidas para candar el amor.

Los candados para el amor habitan en los puentes, lámparas, en el mobiliario público de las ciudades más conocidas del mundo. Las llaves que los abren duermen imperdibles en el río o lago más cercano.

He visitado varias ciudades europeas, unas más grandes, otras más chicas, y en todas he llegado, sin proponérmelo, al sitio escogido para atar el amor.

En París, por ejemplo, estuve en aquel puente donde se han rodado varios filmes y al cual hace poco le restituyeron las barandas las que, debido al peso obtenido con los millones de candados, estaban arruinando toda la estructura.
En Hannover, una ciudad pequeña al norte de Alemania, también han llegado los “candados para el amor”, tal vez como señal de que con la globalización cualquier práctica se expande en los más recónditos lugares.
En mi opinión, la popularidad de este ritual se debe a que responde de manera singular al mito básico del amor romántico: tenemos que crear una relación indisoluble con el paso del tiempo.

Dicha creencia implica además la necesidad de atrapar a la otra persona, como parte de nuestras pertenencias, dada nuestra creencia de ser incompletos como individuos.

Entonces, el amor hay que buscarlo pues cada quien tiene una parte que debe ser complementada (mito de la media naranja) y cuando se tiene entonces apresarlo, guardarlo, mimarlo, retenerlo.

Por otra parte, se cree que cualquier acción es legítima si tiene como pretexto al amor, el mismo que puede ser fuente de muchos instantes bellos pero también otros cuestionables.
Lo que está en juego acá no es solo la ruina de dichas construcciones, que sobre-pesadas por la cantidad de acero y hierro que les han sido colgadas en sus barandas, rejillas y ornamentos comienzan a ceder, sino nuestras propias consideraciones acerca de qué significa tener una relación amorosa con otra persona.

Tal vez si cambiáramos nuestro ideal de qué cosa es el amor no tuviéramos que simbolizarlo en un candado con llave perdida intencionalmente. ¿No crees? Me gustaría saber además cuántas de esas parejas que se han encadenado siguen juntas con el propósito de amarse para toda la vida.

¿Y qué piensas de esta tradición? ¿Crees que un candado puede simbolizar al amor?

¿Aprendiste algo nuevo?

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