Vanesa Hutd

“Hola, ¿lo hacemos?”

 “¿Quieres acostarte conmigo esta noche?”-solo funciona para chicos guapísimos.  

El joven que intenta esta frase para entrarle a una chica se arriesga a que lo manden de paseo. Pero invirtiendo los roles, es posible que el muchacho no deje pasar la oportunidad (ni la chica) ¿Suena como algo obvio? Investigadores daneses montaron un experimento con “invitaciones sexuales” para probar la teoría.

Los investigadores reunieron a un grupo de estudiantes de psicología en la Universidad de Copenhague para que actúen como conejillos de indias. Catalogaron su grado de atractivo en una escala de uno a diez. Luego los entrenaron a emplear tres frases diferentes para entrar en conversación y los mandaron a la calle a charlar con completos extraños.

Seducción

Los estudiantes, agrupados en un equipo masculino y uno femenino, tenían que aproximarse a la mayor cantidad de personas posibles y comprobar la respuesta obtenida.

Todos comenzaban diciendo su nombre y: “Disculpa que te moleste pero te he visto por aquí y me pareces muy atractiva/o”

Luego seguían una de estas tres preguntas:

• ¿Te gustaría salir conmigo?
• ¿Te gustaría venir a mi casa?
• ¿Quieres acostarte conmigo?

Naturalmente, la mayoría de las mujeres obtuvieron mejores respuestas que los muchachos en esta última pregunta. La mayoría de las chicas no tenía ninguna intención de meterse en la cama con un extraño. Les complacía muchísimo más que las invitaran a salir, o al menos, a “ir a su casa”. En pocas palabras, a las chicas les gusta que las seduzcan.

Guapísimos

Tanto los varones como las mujeres tenían más probabilidades de rechazar la propuesta en el caso de que ya tuvieran una relación. Sin embargo, los muchachos mostraron más inclinación a serles infieles a sus parejas.

La mejor carta; sin embargo, para el éxito de los muchachos en una directa invitación a “acostarte conmigo” era esta: ser guapísimo. Los varones que aceptaban la propuesta de tener una relación sexual no eran muy exigentes sobre el grado de atractivo de la joven. Pero si el muchacho que invitaba a tener relaciones sexuales era muy apuesto, la probabilidad de que las chicas dejaran caer sus reparos era mucho mayor.

Ir al grano

Probablemente, sea una cuestión de evolución, opinan los investigadores Gert Martin Halda and Henrik Høgh-Olesenc. Las mujeres, inconscientemente, buscan una pareja atractiva para obtener genes fuertes para su cría. El atractivo físico es una forma de saber si el varón se los puede ofrecer.

¿La conclusión? Si eres un muchacho en busca de aventura, “voulez-vous coucher avec moi” no es suficiente como frase para entrarle a una chica – al menos que tengas el atractivo de una estrella de cine. Por otra parte, si eres mujer, puedes ir directamente al grano – los varones no son muy selectivos. ¡Aunque seguramente no necesitabas un equipo de investigadores daneses para enterarte!

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