heterosexuales por la igualdad
hererosexuales por la igualdad

A enfrentar la Homofobia

Cada vez más leyes te protegen pero ¿Qué hacer cuando en tu localidad la cultura machista y conservadora continúa cuestionando tu identidad sexual?

En situaciones extremas no queda otra alternativa que huir de la violencia. Pero en circunstancias cotidianas, por qué no ´educar´ a nuestra sociedad. De ello están convencidos un mexicano y un puertorriqueño. Ellos nos cuentan lo que sucede en sus países.

“Los comportamientos homofóbicos siguen siendo una parte integral de la cultura del macho mexicano, donde se critica la debilidad, la feminidad y las ´mariconadas´, y se enaltece la virilidad” comenta Antón Castellanos Usigli. Como activista pro derechos sexuales, Antón intenta romper estos patrones, pero sabe que es todo un desafío.

“En ciudades muy conservadoras en México, como por ejemplo Guadalajara o Monterrey, la ideología homofóbica que promueve la religión católica hace mucho daño al bienestar de las personas de la comunidad LGBT”, dice Antón. “Hace un par de días un chavo de Monterrey fue separado de su pareja después de que sus respectivas familias se dieron cuenta de que había ´algo´ entre los dos. Son historias y anécdotas que se siguen dando al por mayor”.

Jose Rodriguez Irizari reconoce esos patrones también en su país, Puerto Rico. Como integrante de la Iniciativa Heterosexuales por la Igualdad, él intenta junto con otros heterosexuales vencer los prejuicios. “Nuestro objetivo principal es romper con esa idea de que para luchar por los derechos de la comunidad LGBT hay que ser homosexual o transexual si no que es una cuestión que concierne a todos que creemos en la justicia social y en los derechos humanos” dice.

Iniciativas a nivel comunitario

No siempre es fácil romper con ese marco de referencia que impone lo heterosexual como lo normal. Pero José y Antón no se dan por vencidos y cada uno, a su modo, emprende la iniciativa.

“En la Ibero hemos iniciado la semana de diversidad sexual con buenos resultados pero el número de alumnos que se interesó y asistió a las conferencias es muy pequeño en proporción con el número de estudiantes que no lo hicieron. Por lo tanto creo que en las universidades se darán verdaderos cambios cuando la educación sobre diversidad sexual involucre alumnos y profesores de todas las carreras como las más machistas como Ingeniería o Derecho y cuando las parejas gays se dejen ver agarradas de las manos sin que una mirada incómoda los moleste, pero para eso falta mucho”.

Por su parte José cuenta sobre iniciativas a nivel legal iniciados con su grupo. “Estoy a través de las redes organizando estudiantes de Derecho para emprender una iniciativa legal. Aprovechamos el momento histórico en Puerto Rico de que han puesto la legislación sobre la mesa y fuimos a lo que es el equivalente del capitolio portorriqueño y nos reunimos con senadores y representantes a favor de dos leyes en específico que estaban presentándose en ese momento. Una contra las discriminación laboral y la otra sobre el reconocimiento ante la ley a las parejas del mismo sexo en cuanto a la protección de violencia doméstica. Consideramos que fue una gran victoria”.

¿Y en la vida cotidiana qué?

“En un par de ocasiones caminando de la mano con mi pareja por Polanco nos ha pasado que alguien desde un coche en movimiento nos grita putos o algo así. Es algo que te indigna muchísimo, que te da ganas de regresarle el insulto. Pero en esos momentos no lo vas a hacer porque te podría salir peor. En esos casos es conveniente ignorarlos¨

Hay otros casos donde puedes tener la oportunidad de hablar en contra de la homofobia en ambientes seguros, comenta Antón. “Cuántas veces no escuchamos al tío, al primo, al amigo o al papá haciendo bromas de maricones. En esos momentos puedes educar, corregir a la persona, hacerles saber que esas bromitas no tienen nada de chistosas, que mejor debería dejarlas de hacer y aprender que todos tenemos derecho a vivir nuestra identidad sexual libremente y que todos podemos ser defensores de la diversidad no solo los LGBT porque nos pega a todos de alguna u otra manera y porque nunca se sabe si ese amigo o primo que está haciendo bromas en realidad es gay. Por esas interacciones es que empieza el verdadero cambio social”.

José complementa la idea de Antón diciendo que “más allá del miedo que se pueda tener al cambio, más allá de las cuestiones religiosas o conservadoras, somos todos seres humanos. Y es preciso abogar por nuestros derechos de forma digna y sin violencia” .

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