amigas juntas
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Mi amiga es lesbiana

Mi amiga Carla salió recientemente del armario. No, no reunió a todos sus conocidos alrededor de una bombilla, ni puso un cartel, ni lo anunció por Facebook.

¿Cómo lo hizo?

Pues simplemente llegó un día a una fiesta y dijo ‘Esta es mi amiga, Laura’. Punto pelota. Ya estaba fuera y respiró aire puro. Bueno, o no. Quizás aquello fue sólo un pequeño paso para ella, un mero trámite burocrático social que no cambia absolutamente nada.

No hablamos al respecto. No le pregunté: ¿qué? ¿tienes estos ‘gustos’ ahora? ¿Desde cuándo?

Claro, ya lo sabíamos. Las lenguas, que son muy largas, habían anunciado la buena nueva hacía meses. Según mi abuela se le notaba desde bebé… En fin.

Yo había oído de todo: que si la han visto por ahí con otra chiquita besándose como si fueran “una pareja” (O_o), que la otra parece un hombre, que se había cortado el pelo “como una lesbiana” y, mi favorita, que las han visto cogidas de la mano a plena luz del día.

¡Qué osadía! Pretender comportarse como una pareja y no esconderse entre callejones oscuros…

Cuando oigo esas cosas noto como que me crece un corsé desde la cintura,

¿En qué siglo estamos, por favor?

Ese discurso retrógrado me aburre mucho. El mundo se desangra por guerras absurdas, ¿qué importa que mi amiga tenga una novia? Creo que la gente que piensa de esa manera es que no tiene otra cosa que hacer; como mi abuela, quien por suerte se ha apuntado a Tai Chi.

Durante esos meses de habladurías y chismes no vi a mi amiga. Creo que, inteligentemente, se había tomado un tiempo de toda la gente para decidir qué quería y concentrarse en fortalecer su relación para poder aguantar el “ataque social”. Mientras tanto, nosotros esperamos a que ella decidiera.

Es increíble lo poco que importa la vida íntima entre amigos

Los límites están tan claros que es imposible saltárselos. ¿Cuántas parejas no entran y salen de un grupo? Un día Ricardo se aparece con una nueva novia que resulta es peluquera y no fue a la Universidad, Claudia dejó a Raúl y ahora sale con Iván, Gabriela está que sí que no con Miguel, Marta está engañando a su novio y trae al ‘otro’ esta noche para conocerlo, y Claudia ha vuelto con Raúl. Y así transcurren fiesta tras fiesta, con diferentes caras, pero siempre los mismos.

Realmente Carla es la que menos noticias ha dado en los últimos años. La vi feliz. De hecho, estaba como siempre: resulta que ser homosexual no te cambia la personalidad. Un hallazgo sorprendente, sin duda. Por suerte, la reunión fue bien y al acabar dijo mi abuela:

– Me cae bien la novia de la Carla, se la ve una buena muchacha y se nota que se llevan bien. ¡A la que he visto muy desmejorada es a Marta! No tenía que haber dejado a ese novio de ella…

¿Aprendiste algo nuevo?

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