Siendo honesta acerca de mi bisexualidad

By Redacción Hablemos de Sexo y Amor on 4 julio, 201617 febrero, 2022

Ashley descubrió que le gustaban los hombres y las mujeres. Esto no impidió que siguiera amándose. Descubre cómo lleva las normas sociales tradicionales siendo bisexual.

Fuente| Ashley D’Souza (seudónimo) es una veterinaria de 25 años que vive en una ciudad cosmopolita.

Identificándome a mi misma

Al crecer y ser consciente de ti mism@, descubres cuánto contribuye la sociedad en moldear tu vida. No solo en el aspecto profesional y social sino también en el privado.

Soy orgullosa miembro de la familia LGBT. Salgo a la calle a luchar por la igualdad de derechos y por ser tratada como cualquier ser humano. No me inclino hacia ningún lado. Verán, me gustan los hombres y las mujeres. Soy bisexual.

¡Golpe de realidad!

Para muchos, parecería que amo tener lo mejor de ambos lados. Puedo salir con chic@s pues tengo experiencia con ambos. Pero eso no necesariamente significa que tenga una vida amorosa ardiente.

Bueno, mi vida romántica apesta. Para ser honesta, no siempre fue así. Tengo la fortuna de verme razonablemente bien. Puedo ser encantadora cuando lo necesito y tengo un trabajo interesante. Mis amig@s creen que soy buen partido.

He salido con gente muy interesante, hombres y mujeres. El problema llega mucho después, cuando se pone seria la relación. Creo en relaciones abiertas y honestas. Si me gusta alguien y quiero algo serio, siento que debo decirle la verdad sobre mí. Pero esta conversación nunca ha resultado bien.

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Mi primera experiencia…

La primera persona a quien le dije me miró en shock y de inmediato me dijo que no era gay. También especificó que tampoco quería estar con alguien que lo fuera. Muy homofóbico, ¿cierto? Muchas veces me han dicho que solo estoy confundida. Otros/as me recomiendan acostarme más con el sexo opuesto. Y algun@s de plano me sugieren que me decida por un sexo.

Los mayores me han dicho que casándome superaré mi crisis. Y siempre les he tratado de explicar que la bisexualidad no es inusual o rara, pero no llego a nada. En el bachillerato hubo veces que yo me cuestionaba: ¿Yo era normal y no solo estaba confundida?

¿Listo para el compromiso?

Mi relación más larga duró diez meses. Cuando tuve la fuerza para decirle la verdad sobre mi sexualidad, se rio de mí. Me dijo que tenía que armar bien mi acto antes de pensar en cualquier compromiso.

Y aunque la persona no era homofóbica, no le cabía en la cabeza el hecho de que me pudiera relacionar con ambos géneros. Ese incidente me dejó devastada por mucho tiempo.

Si la gente bien educada, liberal y moderna no podía entender la bisexualidad, ¿qué podía esperar de los demás?

Ser soltera

Después de ese incidente, comencé a ocultar mi identidad sexual. Empezaba a salir unos meses y después terminaba cuando se ponía serio. No quería tener una confrontación así nuevamente.

Como todo esto me dañaba, encontré el mayor apoyo dentro de la comunidad LGBT. Una amigo casi me obligó a visitar a un terapeuta. Fue difícil abrirme. Ella me dijo que necesitaba ser honesta conmigo y aceptar mi identidad en vez de verla como algo raro e innatural.

Ahora mi estrategia es simple. En mi segunda o tercera cita, le digo a la persona que soy bisexual. Algunos/as nunca vuelven. Pero me alegra que se alejen. Sigo soltera y sí, sigo yendo a terapia.