Soy sobreviviente de una ‘terapia’ de conversión
Las terapias de conversión o ECOSIG son todos aquellos Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género de las personas LGBTI+
Me llamo Erika Venadero y soy sobreviviente de un ECOSIG.
Cuando cumplí 15 años empecé a tener muchas dudas sobre mi sexualidad, sin embargo, mi familia nunca fue muy cercana, es así que en mi búsqueda, decidí acercarme a alguien a quien yo le tenía confianza, le conté lo que me pasaba, lo que sentía y él desde su incomprensión, su prejuicio, me propuso ir a un lugar donde supuestamente me podrían dar respuestas.
Cuando llegué todo parecía normal, pasaron cosas que me dolieron mucho, sin embargo el último día, camino a casa, estas personas acercaron primero a todos los demás, pero a mí no, se estacionaron en un lugar oscuro, y ambos hombres se pasaron a la parte de atrás donde me encontraba.
Ellos se empezaron a turnar, para penetrarme, para violarme, yo solo quería que todo terminara, que me dejarán en paz, me aventaron agua bendita y me gritaron ‘Dale Gracias a Dios Porque ya eres MUJER de verdad’, me bajaron de la camioneta, aventaron mis cosas y corrí a casa, solo quería huir, y no regresar.
Por mucho tiempo pensé que había sido mi culpa, que yo me lo había buscado, que lo que me pasó, fue un castigo por ser quien soy, me costó mucho trabajo, comprender que lo que viví no fue algo que yo hubiera buscado, se aprovecharon de mi necesidades de respuesta para lastimarme.
Después de aquel suceso no acudí a ningún lugar, realmente no sabía qué hacer, acudí con psicólogos que me decían que yo me había buscado lo que me pasó, por lo tanto me quedé con la culpa, hasta hace dos años, que llevo acompañamiento psicológico, y que me animé a hablarlo.
Este año, lo saqué a la luz, empecé a contarlo, primero a mis mejores amigos, después a mi mamá, y por último a todo el mundo.
Es importante que se conozcan casos como este porque esto sigue pasando, las pseudo terapias de conversión o Ecosig son una realidad latente, y estos tratos inhumanos y denigrantes terminan de atormentarnos cuando sabemos que no estamos solas/os.
También genera un vínculo con las asociaciones que trabajamos el tema, para encontrar información laica y científica.
A la par, da fundamento para que las iniciativas de Ley que están en el Senado de la República, en el Congreso de Ciudad de México y en la Regidoría de Zapopan, tengan datos, de dónde, cuándo y cómo funcionan estos espacios clandestinos.
Si conoces a alguien en una situación similar, te invito a alzar la voz.
Érika Venadero, es directora de Yaaj México capítulo Jalisco. Este texto forma parte de la cobertura especial ‘Corresponsales del placer’ realizada por Hablemos de Sexo y Amor durante el Vigésimo Cuarto Congreso de la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS).