Cuerdas para activar la energía sexual
¿Sabías que para imprimir a tu relación una dosis de innovación y creatividad, además de las fantasías y los juegos sexuales, puedes recurrir al Shibari?
Quizás por como suena, la palabra Shibari pudiera asociarse con algo totalmente distinto; una marca de computadora, el nombre de un restaurante exótico o algún tipo de música. Si pensabas googlearla, no busques más, pues aquí te tendrás información de la mano de expert@s.
El arte de las cuerdas
El Shibari es la definición japonesa para los atamientos tipo bondage (el acto de atar con fines eróticos a una persona con o sin ropa), como práctica de refinada relación sexual. A diferencia del bondage, en el Shibari no es absolutamente necesario que la persona sea inmovilizada, total o parcialmente.
Para FenixLULU, modelo venezolana inmersa en esta práctica amplia y variada desde hace un par de años, el Shibari es el ‘arte de las cuerdas’, y va más allá del simple hecho de atar y desatar a una persona.
Es todo un arte erótico, un diálogo y hasta un acto de rendición, que ha puesto en práctica junto al colectivo Shibaridealer en tierras venezolanas. En muchos países latinoamericanos existen colectivos similares. En México cuentan con un instituto.
Este colectivo no solo trae lo nuevo del arte en sí, sino que intenta ser pionero de lo que ya muchos comienzan a denominar el ‘Shibari Criollo’, que no es más que una adaptación de este arte, en el que se conjugan también la musicoterapia, el masaje ayurvédico, el fetichismo, yoga y la aromaterapia. Incluso se encuentran en un proceso de adaptación de materiales locales para la elaboración de las cuerdas.
Ellas también atan
En el Shibari tradicional es el hombre quien ejecuta los amarres y la mujer es la sumisa. Sin embargo, FenixLULU ha decidido romper ese esquema y convertirse en atadora, algo que se le da de forma muy natural por su personalidad dominante.
Lo más difícil es cuando me toca ser atada, te abandonas en el otro, confías, enfatiza Fenix.
Este arte que data desde el siglo XV donde existían diversas formas, fuertemente ritualizadas, para atrapar e inmovilizar por medio de cuerdas a un samurái enemigo. Sin embargo, es en los años 60 cuando el Shibari vive su etapa de mayor esplendor.
Sin importar las adaptaciones, el común denominador de esta práctica es la calidad estética del conjunto, en el que se suma al maestro y al atado, el rol del observador. El arte tiene en cuenta puntos del cuerpo relacionados con la medicina oriental tradicional para manejar la energía, sea esta negativa o positiva.
La confianza como base
El Shibari se caracteriza por ser una práctica segura y consensuada. Segura, porque desde el principio se tiene conocimiento sobre cómo se ha de desarrollar, los materiales a utilizar y la prevención de riesgos.
Y consensuada, porque toma en cuenta el acuerdo mutuo de los actores, acerca de la forma e intensidad que tomará la sesión y que esta práctica pueda terminar en el momento que una de las partes lo desee.
FenixLULU comparte su fascinación por este arte junto a su pareja, aspecto que les ha permitido un espacio más donde convergen sus gustos, curiosidades y deseos que, sin duda, repercute en una mejor comunicación y descubrimientos como pareja.
El Shibari viene a ser una muestra más de que el sexo no está precisamente entre las dos piernas, sino entre las dos orejas, en nuestra cabeza.
Y tú, ¿qué tan dispuest@ estás a explorar nuevas prácticas para activar tu sexualidad? Comparte tu opinión en los comentarios.
