2018… y seguimos sin usar preservativos
En 2017 México siguió campeón en tasas de contagio de VIH y embarazo adolescente. Otro año que no aprobamos.
¿Cuántos años llevo escribiendo este blog? Casi 7 ya y desde el principio uno de los objetivos ha sido difundir un mensaje claro: hay que tener sexo seguro, con preservativo. Bueno, los adolescentes siguen infectándose de VIH en México y cada vez ocupan un lugar más alto en las estadísticas de infección y, pese a haber reducido el índice, sigue siendo líder en América Latina en embarazos no deseados . Claramente no estamos haciendo bien las tareas.
¿Qué significa esto? Que muchos de estos adolescentes que conforman las estadísticas eran niños cuando yo empecé a escribir sobre sexualidad. O sea, que no me escucha ni dios.
Y me imagino que no soy la única. Tantos años de campañas y políticas sociales que llevamos y la balanza casi no parece haberse movido. ¿Qué hemos hecho mal?
Me siento como una madre cuando su hijo se ha escapado de clases. ¡Qué decepción! Con lo que hemos hecho su padre y yo por ustedes y así es como nos pagan.
Ustedes se preguntarán, ¿cómo es posible que la gente no haya interiorizado todavía que hay que utilizar preservativos?
Las razones pueden ser muchas:
- En primer lugar, aún hay falta de recursos o acceso a anticonceptivos y preservativos. Es inocente pensar que están al alcance de toda la población y que, aun estando, los más jóvenes tienen acceso a ellos. Para muchos jóvenes o son muy caros o no se atreven a pedírselo a sus padres y, claro, deciden correr el riesgo antes que admitir que ya están teniendo relaciones sexuales.
Esto es más difícil de entender que las raíces cuadradas, pero aquí la culpa es de los padres. Hablar en la casa de la sexualidad de una forma abierta y poniendo a la mano los recursos para que la practiquen de forma sana es primordial. Las escuelas e instituciones sólo llegan hasta un punto.
- En segundo lugar, nuestra actitud hacia los preservativos. Aquí se incluye el seguir sintiendo vergüenza de comprarlos o pedirlos, el no confiar en su fiabilidad y un exceso de confianza. Ése “es muy difícil que pase” y “seguro que está todo bien y por un día que corra el riesgo no ocurrirá nada”. AYYYYYYYYYYYY. Esto es como pensar que por no hacer las tareas un día la profe no te sacara a la pizarra.
- Y, en tercer lugar, poco conocimiento tanto de los métodos de prevención como de los riesgos. HACE FALTA EDUCACIÓN. Mira que llevamos años repitiendo hasta la saciedad y nada. Es necesario que tanto los jóvenes como los adultos nos eduquemos más en cuestiones de salud sexual y en cómo integrar ese conocimiento a nuestra vida sexual.
Obviamente habrá muchas más. Es imposible simplificar todos los casos en una lista tan corta, pero estas razones son las más significativas y, sobre todo, las que podemos cambiar como sociedad. Todos debemos retirarnos a un rincón y pensar en lo que hemos hecho mal.
Espero no tener que añadir otro año más sin resultados. El 2018 tenemos que conseguir aumentar las prácticas de sexo seguro y el uso de preservativos sí o sí. Hasta que no baje la tasa de embarazos no deseados y de contagio de ETS en esta casa no se come postre.