La primera menstruación: “Un enorme, terrible secreto”
“Mi amigo creyó que yo estaba lastimada, que tenía una herida en la pierna, algo así. Miramos pero no encontramos ninguna herida.”
Ushma tenía 12 años y estaba jugando con sus amigos. Uno de ellos observó una mancha grande, roja en el vestido.
Pánico
“No sentía ningún dolor y por eso me estaba empezando a poner nerviosa por no saber de dónde venía esa mancha de sangre. Mi amigo y yo regresamos a mi casa y, antes de que yo pudiera decir nada, él le contó a mi madre que yo me había lastimado.
Mi madre echó una mirada a la mancha y, súbitamente, le dijo a mi amigo que se retirara. A mí me dio vergüenza por su brusquedad. Mi amigo se sorprendió y se retiró mortificado. Entonces mi madre me pidió que fuera al baño y la esperara allí. Llegó con un paño higiénico ajustado con alfileres a unas bragas limpias y me dijo que me las pusiera. Yo estaba en pánico – había sangre en mi ropa interior y no entendía por qué mi madre actuaba como si no fuera gran cosa.
Muchachos
Salí del baño caminando como un pato, llevando esa horrible toalla higiénica gigantesca e incómoda. Y mi madre se sentó conmigo a “conversar”. Me dijo que eso era algo completamente natural y que les sucedía a todas las niñas cuando “se desarrollaban” y que tendría ese período cada mes, por unos cuatro a siete días.
Y después se retiró para atender asuntos más importantes. Ahora que ya estaba desarrollada, me dijo, era mejor que ya no jugara con varones, podrían mostrarse demasiado “afectuosos” y yo terminaría embarazada.
Sola y confundida
Esa noche, mi madre me hizo una taza de té y me dio una bolsa de agua caliente por si tenía dolores y después me explicó por qué había echado a mi amigo durante el día. Yo no debía hablar del asunto con nadie, menos aún con un varón.
Esa noche me sentí más crecida, pero también sola y confundida. Como si cargara con un enorme y terrible secreto que no podía revelar a nadie.”
Ushma (nombre ficticio) es una periodista de 27 años que trabaja en Bangalore, India.
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