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La triste historia de la vulva que le temía al sexo oral

By Redacción Hablemos de Sexo y Amor on 5 marzo, 201817 febrero, 2022

Érase una vez una vulva que no sabía que era perfecta como era, que tenía todo para ser feliz, que podía lograr probar las mieles más sabrosas del placer, y el sexo oral podía ser un gran aliado.

Tristemente, nuestra querida vulva, insegura de sí misma, creía que no era lo suficientemente perfecta y merecedora para recibir y disfrutar del vínculo con ese gran aliado, lo que la llevaba, muchas veces, a permanecer con miedo, en la oscuridad de unas piernas cerradas…

Qué triste, ¿No? Pues aunque parezca puro cuento, todo lo dicho de las líneas arriba es muy cierto. Muchas de las chicas que tenemos vulva* –porque ojo, no todas las chicas tienen vulva #mujerestrans #mujeresintersexo – no somos conscientes de la importancia de conocer y reconocer a nuestra vulva, relacionarnos con ella positivamente, y reflejar esa frescura, naturalidad, autoestima y seguridad, con el disfrute de una relación sexual oral (es decir, estimulación de la vulva con la boca).

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Por ello, me di a la tarea de recolectar algunas experiencias opiniones que nos permiten sacar a la luz cuáles son los temores, miedos o incomodidades más comunes que sentimos las mujeres al momento de recibir sexo oral.

*A partir de ahora, cuando se mencione la palabra “chicas”, estaré refiriéndome a quienes tengan vulva.

Ni que fuera de papel.

Un gran número de chicas a lo que más le temen y lo que más incomodidad e inseguridad les genera es la preocupación de que su vulva pueda tener mal olor, sabor o no estar “Debidamente depilada”.

Amigas, tranquilas, la vulva huele a vulva, sabe a vulva y tiene sus características de vulva (incluye abertura vaginal, labios internos y externos, cérvix, orificio urinario, monte venus, y mi estimado y fino amigo: ¡El clítoris!).

Cada vulva es única e irrepetible, es perfecta como es y puede ser tu mejor amiga, si te permites conocerla, quererla, aceptarla y cuidarla. Y ¿Por qué no? Consentirla cuanto gustes con caricias y uno que otro encuentro oral por ahí.

No se vaya a sentir mal…

Muchas chicas sienten una gran incomodidad de decir cuando sus parejas sexuales están haciendo “no tan bien” (o podrían estar haciendo mejor) el “trabajito”.

Sin embargo, no hay que olvidar que el orgasmo es de quien lo trabaja, y si las parejas no se ponen a trabajar también en sus herramientas de comunicación, y en tratar de ver las observaciones sobre sus prácticas sexuales de una forma más positiva, será más difícil experimentar esas “observaciones” como una oportunidad de ir aprendiendo a gozar cada vez más de sus encuentros.

Gases involuntarios

Eso pues, ni hablar, creo que a cualquier persona le puede generar incomodidad una situación de estar muy acá, gozando de un buen sexo oral, y al calor del momento, ¡pum! Que se nos escapa un airecillo por ahí.

Puede sonar al peor día de tu vida, pero espera, no olvidemos que somos seres humanos, todas las personas tenemos el mismo sistema digestivo, y bueno, los gases no nos son ajenos a nadie, ¿cierto? Así que, ¿por qué dejar que algo –que ni sabemos si va a suceder, y si sucediera, qué- nos impida disfrutar de una práctica erótica tan fascinante. Después de todo, la sexualidad es lúdica también, es decir, igual es una oportunidad de jugar, reír y divertirse (… y curiosamente, parece que los gases, también).

Acércate a conocer tu vulva, explórala, obsérvala, conócela, experimenta qué es lo que más te gusta, y compártelo con tu pareja. Atrévete a soltar los “peros” y suéltate como gorda en tobogán a vivir tu erotismo.