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La edad del amor
Cuando era pequeña, me repugnaban esas historias de amor entre alumna y profesor, para mí, eso de estar con un hombre mayor era una perversión. Hasta que llegué a la Universidad y conocí al Sr. Méndez; quien protestaba contra el sistema, tenía una moto y era poeta.
Cuando lo conocí, el prejuicio se convirtió en fantasía. Así como la moral se acaba cuando la atracción toca a la puerta, con la edad pasa lo mismo.
Puedes pasarte la vida pensando que los hombres de 30 años son unos viejos y, de pronto, se te aparece uno de esos ‘señores’ y ¿qué haces? Empiezas a ver todas las ventajas: experiencia y más experiencia.
Ahora, esto está bien ‘porque yo soy mujer y él es hombre y todo el mundo sabe que si el varón es mayor, entonces es correcto’. La explicación de esta creencia popular es que las mujeres maduramos antes que los hombres. Por tanto, para conectar con alguien de nuestro nivel emocional necesitamos un hombre algo mayor que nosotras, máximo 10 años, para tener los mismos intereses vitales, como cuándo tener hijos.
Una vez más, el ser humano se supera y, por encima de toda lógica, se inventa un prejuicio estúpido. En realidad, en cualquier relación, lo que más interesa es lo que aprendes de la otra persona, lo que te aporta. Y un hombre mayor puede aportar mucho.
Como si salir con alguien que nació el mismo día y año que tú garantizara el éxito.
Es más, creo que debería ser obligatorio para toda persona joven, sea hombre o mujer, tener una relación con alguien mayor; es un aprendizaje excelente.
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Bueno, ahí ya, depende. ¿Estarías dispuesta a dejar de ser Cenicienta en este cuento y convertirte en la Madrastra? Me parece muy bien lo de la libertad del amor y del sexo y todo eso, pero ¡¿ser yo la mujer mayor?! Por ahí yo no sé si pasaría. Actualmente tengo 25 años y ya me empiezo a preocupar por la edad de mis conquistas.
– ¿Qué aún estás estudiando? Oh, genial. Bueno, que tengas suerte en los próximos exámenes. Yo me voy a hacer cosas de adultos, te llamo…
No, no estoy para dar clases. Yo no.
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