Observador Sexual: Los derechos gays no son un chiste

By Antón Castellanos Usigli on 30 julio, 201417 febrero, 2022

Durante la Semana del Orgullo Gay en Holanda, Antón Castellanos Usigli recoge testimonios de activistas del mundo. En esta entrega, la historia de Daniel Arzola.

Daniel ha sido invitado a participar con otros 6 activistas en los conversatorios y el tradicional desfile por los canales en Amsterdam. El diseñador gráfico cuenta, entre otras cosas, sobre cómo su serie de afiches “No soy tu chiste” se hizo viral en las redes sociales.

La historia de Daniel Arzola como activista comenzó en Turmero, la ciudad donde creció. “Tuve una adolescencia muy marcada por la violencia psicológica y la violencia física. Cuando la gente en Venezuela percibe que alguien es diferente, la primera reacción es atacar a esa persona, burlarse de ella. Cuando era pequeño, por ejemplo, mis compañeros de clase percibían que prefería leer y dibujar en vez de jugar fútbol y me aislaban”, me dijo Daniel en entrevista.

Para Daniel, salir del clóset como gay en Turmero se volvió una pesadilla cuando le dijo a una de sus amigas que era gay. Como ella estaba enamorada de Daniel, se sintió con el corazón roto y empezó a difundir la noticia. En consecuencia, algunos vecinos le llamaron por teléfono a su mamá para decirle que su hijo era un “maricón” y que moriría de SIDA; también rompieron las ventanas de su casa.

A esto le seguiría un incidente por el cual Daniel decidió dejar Turmero. Un grupo de compañeros lo ataron a un poste eléctrico, le quitaron sus zapatos, colocaron juegos pirotécnicos en sus pies y los prendieron. Daniel tenía 15 años en ese momento.

Inspirado por el caso de Angelo Prado
Daniel cree que de no haberse salido de Turmero, se habría convertido en otro Angelo Prado, un estudiante de bachillerato que fue víctima de un terrible crimen homofóbico. Algunos compañeros de clase le echaron gasolina y le prendieron fuego. De acuerdo a Daniel, muchas personas vieron lo que pasó, pero nadie hizo algo al respecto. Angelo sobrevivió con quemaduras terribles y su historia es prácticamente desconocida porque el gobierno decidió silenciar a la familia con apoyo económico.

Daniel nunca ha conocido a Angelo, pero su caso le sirvió de inspiración para empezar la campaña “No soy tu chiste”, la cual se compone por diferentes “afiches” o “pósters” a través de los cuales manda mensajes en contra de la homofobia.

La campaña de Daniel se volvió viral en 30 países, y el 8 de Octubre del año pasado, Madonna la compartió en su Twitter diciendo que amaba el arte de Daniel. En ese momento, la campaña alcanzó su cúspide de alcance y popularidad, y de repente, más de 30 periodistas querían entrevistas con Daniel.

A la fecha, la campaña “No soy tu chiste” ha sido traducida en 20 idiomas, incluyendo japonés, francés, hebreo, italiano, y turco. Madonna tiene un proyecto que se llama “Art for freedom” (Arte para la libertad), en el cual diferentes artistas de alrededor del mundo mandan trabajos de arte relacionados con la libertad de expresión. Cada mes, 30 piezas se seleccionan, así como un ganador. La campaña de Daniel, aunque nunca ha ganado, ha sido nominada 5 veces.

“Todos somos diferentes, y nuestras expresiones son únicas.

Explora y encuéntrate a ti mismo. Ese es el mensaje principal de mi campaña. Provengo de un contexto muy violento, pero me he dado cuenta que la violencia es una decisión moral; uno tiene el poder de regresarla o no. Tenemos el poder de romper el ciclo”, comentó Daniel.

Procupado por la homofobia en su país
Hoy en día, la prioridad de Daniel se escucha muy sencilla pero es muy compleja: Salir de Venezuela. Su país se enfrenta a una severa crisis política, económica y social. “La principal preocupación de los jóvenes de Venezuela es evitar que te maten por un teléfono celular o por un par de zapatos. Preferiría vivir en Argentina porque mi vida corre peligro en Venezuela. Ser un activista de derechos humanos en Venezuela equivale a ser un enemigo público”.

Durante mi plática con él, Daniel señaló un problema muy importante para la gente LGBT de Venezuela: el odio homofóbico que es promovido por el Estado.

Me comentó que Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, frecuentemente se refiere a sus opositores como “maricones” y dice que él si es un hombre de verdad porque está casado con una mujer. Similarmente, Pedro Carreño, un Diputado Federal, gusta de agredir a los candidatos de oposición diciendo en cadena nacional que éstos disfrutan de hacerle sexo oral a otros hombres.

Daniel también comentó que durante la marcha del orgullo en Venezuela, hay grupos de activistas que apoyan al gobierno y que no quieren que “la fiesta” se convierta en verdaderos derechos para la gente LGBT. Al respecto, mencionó a Ingrid Barón, una “activista gay” pro-Gobierno que se opone al matrimonio igualitario bajo el argumento de que el matrimonio gay es una idea capitalista.

Daniel cree que el Gobierno y la gente de Venezuela deben de entender que los derechos no pertenecen a las mayorías ni a un partido político, sino a cualquier individuo. “Cuando nuestras convicciones políticas superan a nuestras convicciones humanas, nos estamos alejando de la humanidad”, concluyó.

Puedes también contactarte con Antón Castellanos Usigli en su blog Sexual Observer y en Twitter