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5 prácticas eróticas extravagantes

¿Excitarse con un árbol? ¿Encenderse en la cama con cosquillas? ¿Enloquecer con el vello corporal? ¿Seducir a un peluche?. Descubramos cuales son esas 5 practicas que nos hace tocar el cielo…

Fuente | Verónica Maza Bustamante (La doctora Verótika) periodista, educadora sexual, escritora, conferencista, promotora de los DDHH, melómana, exploradora de temas tabú

Siempre y cuando se lleven de manera sana, segura y consensuada, las prácticas eróticas —llamadas por los especialistas ‘expresiones comportamentales de la sexualidad‘ o ‘manifestaciones de la diversidad erótica y sexual’— pueden dar grandes satisfacciones a quienes las llevan a cabo, por muy curiosas o poco comunes que sean.

Aquello que le gusta a uno no le encantará al otro, pero en eso radica lo maravilloso del placer: se presenta a la medida de cada quien, tan solo hay que encontrar las apetencias personales. A continuación, una lista de algunas de ellas.


  1. Dendrofilia

    Los árboles, las flores, las plantas, los vegetales generan una atracción sexual real en muchas personas, que los llegan a usar como objetos sexuales, que en sus manos y cuerpo se transforman en entes que les brindan placer e incluso les generan sentimientos amorosos.

    Esta manifestación del erotismo suena singular; sin embargo, muchos niñ@s han descubierto el placer genital frotándose contra un árbol para treparlo jugando a las escondidillas, al fingir que se va montando un caballo o se vigila una fortaleza.

    Hay adultos que se excitan con el olor de ciertas flores porque lo relacionan con un momento particular de sus vidas que les dejó muchas sensaciones y quienes, tal cual, prefieren frotarse contra un tronco de árbol debido a su textura.

  2. Hirsutofilia

    Hay diversos dichos populares en México relacionados al vello púbico; entre ellos, destacan ‘el color de la ceja marca el de la almeja’ y ‘si hay pelo en el entrecejo, imagina en el conejo’. Ahora, con la tendencia de la depilación definitiva, tanto mujeres como hombres pueden eliminarlo por completo, así que la nueva duda, antes de quitarnos la ropa, podría ser ‘¿habrá o no habrá peluche en el estuche?’.

    Cameron Díaz, una de las rubias preferidas de los estadounidenses, no ha tenido empacho en pedir: ‘Chicas, manténganlo completamente vestido’, incluso sin saber que la palabra ‘hirsutofilia’ viene del latín hirsutus, ‘vello áspero’, y del griego filia, ‘amor’; se trata de una expresión erótica en la que la atracción por el vello corporal es tan grande que genera altos niveles de calentura.

  3. Knismolagnia

    A muchas personas en el mundo les encanta que les hagan cosquillas y a otras tantas se emocionan al hacerlas. En Facebook y Twitter abundan los hombres que se ofrecen a realizar ‘cosquillas de placer’. A la práctica se le conoce como tickling y los lugares ideales para generar estas cosquillas son las axilas, costillas, palmas de las manos, rostro, rodillas, vientre y los pies.

    La clave es realizarlas con suavidad. Dentro de las prácticas de sumisión y dominación, las cosquillas pueden ser un elemento importante, ya sea que se usen como castigo o que el acto de provocarlos sea parte central de una sesión.

    En ellas, es común que el sumiso se encuentre acostado o sentado, pero sus pies estén amarrados o colocados en una estructura como la arriba mencionada, para que puedan mover sus pies. Para hacer las cosquillas se emplean los dedos, la lengua, plumas, cepillos, hojas de árboles, flores, cepillos de dientes eléctricos, la barba, aspiradoras, telas, etcétera.

  4. Pigmaniolismo

    Se le llama pigmalionismo o agalmatofilia al deseo sexual hacia estatuas, muñecos de gran tamaño, maniquíes y sus contemporáneas: las muñecas inflables.

    La atracción puede incluir urgencia por contacto sexual efectivo con el objeto, una fantasía de tener encuentros sexuales o no sexuales con una instancia animada (o inanimada) del objeto preferido, el observar encuentros entre objetos de este tipo o el placer sexual obtenido de pensamientos de ser transformado o transformar a otro en la escultura o muñeca.

    En la medicina psiquiátrica se usa el nombre de pigmalionismo a un estado en el que un individuo se enamora de su propia obra, pero en las cuestiones de la diversidad erótica entra en este rubro la atracción por todas las representaciones del cuerpo humano, incluyendo la adoración por personajes públicos a tal grado de coleccionar pósters, fotografías, efigies de ese hombre o mujer, fantasear que se le besa o que se tiene una relación con él o ella.

  5. Plushofilia

    Práctica en la que las personas llegan a la parte álgida de la estimulación sexual utilizando peluches de todo tipo o disfrazándose de ellos, aunque también puede ser únicamente un gusto por poseer este tipo de juguetes.

    No todos los pushofílicos se masturban o fantasean con ellos; algunos son coleccionistas de muñecos de peluche y suelen acumularlos de diferentes tamaños y modelos, comprando incluso dos de cada uno, para así poder conservar en su paquete original uno de ellos y el otro usarlo a placer.

    Es común que modifiquen al muñeco para hacerlo más accesible para su uso erótico, abriendo huecos, cortando espacios, eliminando materiales que pudieran dañar el cuerpo humano. Otros, no tienen contacto físico con éste; sólo les gusta que esté ahí, ‘mirando’, mientras se masturban o erotizan acariciando el cuerpo de sus parejas con el peluche.

¿Conoces alguna otra práctica erótica extravagante? Si tienes alguna duda, escríbenos en el Foro de Hablemos de Sexo y Amor.

 

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Recent Comments (2)

    1. Gracias Javier!

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