Ilustración con nombres que se dan a los genitales
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Apodos a los genitales: muestra de prejuicio

Seguimos teniendo miedo de llamar al pene, pene, y a la vulva, vulva. Preferimos inventarles nombres a nuestros genitales. Un acto que, aunque puede ser divertido, también encierra un gran prejuicio

Fuente | Verónica Maza Bustamante (La doctora Verótika) periodista, educadora sexual, escritora, conferencista, promotora de los DDHH, melómana, exploradora de temas tabú 

En algunas sociedades de la antigüedad existían personas —conocedoras de los aspectos psicológicos y espirituales del erotismo— que inventaron su respectivo lenguaje para hablar de los actos y partes del amor físico, creando una especie de idioma secreto.

Al pene lo llamaban “centro de diamante”. Esa frase viene del sánscrito, y hay otras como “ave carmesí”, “flauta de jade” y “pico del yang”, que son de origen chino.

La vulva y la vagina eran llamadas, también por los chinos, “caverna secreta”, “almohada de almizcle” y “corazón interno”, mientras que en sánscrito se le conoce como “loto de su sabiduría” y en las escuelas esotéricas occidentales le llamaban “rosa mística”.

En aquel entonces se empleaban estas frases porque deseaban relacionar esas zonas del cuerpo con características físicas o esotéricas, catalogarlas por su inmenso poderío como centros del placer y hasta como una forma de hacer poesía con ellas. Hoy en día, la cosa es diferente.

Penes de hoy

Hay muchas maneras de nombrar al pene. Algunos son debido a su forma (la palanca, la flauta, la manguera, el mástil, la reata, la corneta, el paquete, el chile, la que cuelga, pija), otras a su supuesto poderío (el sable, la espada, el cañón, la pistola, el que te gusta) o a su semejanza con animales, objetos y comida (el camarón, el camote, el cíclope, el pepino, el pájaro, el cara de haba, la rata, salchichón). Unos más, por invención (la verga, el pito, el pilín, pitulín).

En el caso de la vulva y la vagina, lo mismo se les dice (la papaya, chocho, el coño, la coneja, la sácachispas, la pucha, el tesorito, la pepa, chichi, crica) entre otros.

Las nalgas y los senos tampoco se salvan de recibir sus apódos.

No podemos negar su sentido coloquial, juguetón, hasta inocente. Muchos padres y madres recurren a estas palabras (incluso todavía usan frases como “aquellito” o “allá abajo”) porque se sienten avergonzados si emplean los vocablos de la jerga latina pero, a la vez, no saben que pueden usar pene y vulva o les da la misma vergüenza emplearlas que decirles una palabra graciosa.

Las chicas y los chicos crecen con este lenguaje, asumiéndolo cuando comienzan su vida sexual. Más adelante, lo reproducirán con sus propi@s hij@s y así se dará una larga lista de herencias lingüisticas que, aunque familiares, nos siguen amarrando a la idea de que está mal o es una cochinada nombrar a los genitales.

Ni muy muy ni tan tan

¿Cómo podríamos enfrentarnos a ese eterno mito que nos tapa la boca cuando queremos hablar de sexo?

  • Primero, es importante comprender que la sexualidad no es mala, que la práctica erótica no es sucia, que nuestro sexo (pene y vulva) no son zonas prohibidas y que llamar a las cosas y partes de nuestro cuerpo por su nombre nos va a ayudar a ser más clar@s con nuestras ideas al respecto, lo que queremos, buscamos o nos genera dudas.
     
  • Al entender eso y quitarle el peso de lo negativo, podemos comenzar a jugar con el asunto pero ya no por miedo o por pena, sino porque nos parece divertido, excitante, gracioso y porque —no hay que negar ese aspecto positivo— crear un lenguaje del amor exclusivo, personalizado, es una práctica maravillosa entre parejas.
     
  • No se trata de ser unos aburridos o unos sabios del sexo. En realidad es muy sencillo: hay que preguntarse todo, informarse bien, conocerse a un@ mismo@, disfrutar del placer, crear complicidad con nuestras parejas y, cuando se tengan, criar hij@s sin prejuicios que puedan decir “pene” y “vulva” sin temor.

 

¿Ustedes se han atrevido a ponerle apodos a los genitales de su pareja? ¿Los compartirían? Los esperamos aquí o si más bien tienen preguntas estaremos en el Foro de Hablemos de Sexo y Amor.

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Recent Comments (2)

  1. Hola, gracias por la…
    Hola, gracias por la información… Sobre todo por que yo le llamo verga al pene :/
    Por cierto, tengo 13 años y mi verga mide 14 cm erecta…XDXDXD
    🙂

  2. Hola, Eduardo. Nos encanta…

    Hola, Eduardo. Nos encanta saber que te gustó este artículo, esperamos que apliques lo aprendido y le llames al pene por su nombre ?. Ah, qué bien que te mida 14 cm, muchas felicidades ?. ¡Saludos para ti!

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