Alerta por prótesis mamarias PIP
¿Te han hecho un implante de senos y no sabes qué tipo de material han utilizado? Según noticias aparecidas en numerosos países, hay efectos negativos en las prótesis mamarias del tipo PIP, utilizadas también por mujeres latinoamericanas.
La secretaria en jefe de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética y Fiscal de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Lina Triana, disipa dudas sobre el tema y recomienda a las jóvenes comprobar con su médico a qué tipo de implante han sido sometidas.
Según señala Triana, la empresa productora, Poly Implant Prothèse, vendía en la región el 52% de sus exportaciones por lo que las mujeres sudamericanas forman un numeroso grupo afectado, aunque no comprobado, por cáncer y otros males derivados del rechazo del cuerpo a los implantes.
La alarma sobre la dudosa calidad de las prótesis mamarias saltó a mediados de diciembre cuando se presentaron numerosos casos de cáncer en portadoras de este tipo de prótesis. Aún no se puede establecer una relación directa entre las prótesis y el desarrollo cancerígeno, pero sí está demostrado su mayor índice de ruptura y la baja calidad del material utilizado, indica Triana.
¿Qué implante tengo?
Además del esperado desconcierto por descubrir que las prótesis implantadas son defectuosas, uno de los grandes problemas encontrados tras el estallido de la alarma ha sido el desconocimiento de muchas mujeres sobre qué marca de prótesis llevaban.
Lina Triana explica que por el momento “no se trata de un asunto de vida o muerte”, pero hay que ocuparse. Acudir al médico de cabecera para comprobar la marca que nos fue implantada y llevar un seguimiento de ecografías es lo más importante; sobre todo, porque no en todos los casos se notan efectos externos de una rotura del implante de seno y se hace necesaria una resonancia para verlo. “Hay que estarse haciendo chequeos y después una ecografía periódica cada año, o mejor cada seis meses, para valorar la integridad de la prótesis. Normalmente, no recomendamos que el paciente salga corriendo a cambiarse la prótesis, pero debe mentalizarse de que deberá quitársela”.
Según Triana, “se ha hablado mucho en los medios de este tema y sí, las mujeres de verdad tienen mucho miedo pero, más que nada, fruto de la histeria colectiva”. Lo más importante es mantener informadas a las perjudicadas, que sepan reaccionar y tengan opciones, pero sin crear alarma social.
El proceso legal
Los países más afectados por ser mayores receptores de estas prótesis PIP son Argentina, Brasil -cuyo último reporte establecía 25 prótesis colocadas-, Colombia, donde se han contabilizado 15 mil y Venezuela, donde, aunque no se ha hecho un censo oficial, se calculan unas 60 mil.
Agrupaciones de mujeres damnificadas ya han comenzado a tomar medidas legales, sobre todo desde Argentina y Venezuela quienes, además, se han unido a las francesas y españolas para exigir una investigación judicial abierta en Francia por homicidio y daños involuntarios contra la empresa. Gilberto Andrea, abogado representante del grupo de mujeres venezolanas afectadas, dice que “hemos demandado a la cadena de comercialización, es decir, la gente que vende los productos PIP en Venezuela, porque estamos demandando a los comerciantes venezolanos de productos PIP. La decisión debería tomar en cuenta que se deben extraer de manera segura, que debe contar también con la llamada cirugía reparadora y de que se coloque un reimplante nuevo de calidad y seguro desde el punto de vista biológico. Y por último que estas personas demandadas paguen los gastos”.
¿Quién ha de pagar?
Otro de los grandes interrogantes que han surgido es la responsabilidad económica de este problema de salud. ¿Debe la seguridad social asumir los costos de las cirugías reparadoras o sólo las practicadas por motivos de salud? Las mujeres que se operaron por una cuestión estética en una clínica privada ¿sólo tienen derecho a la extracción o también a una sustitución? Se ha reabierto el debate sobre los riesgos de la cirugía plástica y la validez moral de la búsqueda de la belleza. La doctora Triana explica que “ya en Brasil y Colombia la seguridad social cubre la extracción en todos los casos, pero la reposición sólo en aquellos por enfermedad”.
Gilberto Andrea, afirma que existe la “contradicción entre los intereses de los comerciantes y los intereses del cliente. La paciente fue a comprar un producto de calidad y le vendieron un producto espurio, malo, tóxico; entonces fueron estafadas”.
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