Sauna
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Quiero ir a una sauna y no me atrevo

La sauna –esos baños a vapor que muchas veces se realizan al desnudo en lugares públicos- es una actividad frecuentemente recomendada por especialistas en deportes y salud; sin embargo, muchas personas no se atreven a ir y hasta le tienen cierta desconfianza a esa alternativa de tratamiento corporal.

¿Quieren saber por qué yo sí voy (o no)? Esta es mi experiencia…

Cierto, mostrarse públicamente desnudo ha sido por mucho tiempo tabú y en múltiples ocasiones se ha hecho una lectura desde la moral, al vincularse a la dignidad de una persona. Quedaría más o menos así planteado: tu valor depende también de qué tan larga llevas la falda.

Pero, ¿de dónde proviene esa idea?

La religión ha jugado, sin dudas, un rol importante en este sentido. El resultado es que, algo tan natural como es la desnudez del cuerpo humano, se haya convertido en una actividad impracticable para muchas personas y tenga significados muy negativos en muchos contextos.

Haz una sencilla prueba: Mira a tu alrededor o simplemente intenta recordar cómo visten curas, padres, misioneros, rabinos, monjes, etc. Me atrevería a asegurar que todas grandes religiones, -entiéndase cristianismo, judaísmo, islam, hinduismo y budismo-, ven con temor la desnudez humana. Y digo temor, porque creo que en “lo malo” de la desnudez se esconde precisamente eso: MIEDO.

Si además intentas visualizar cómo son representados Adán y Evan, notarás que están desnudos pero sus genitales están cubiertos. Entonces el tema no es solo la desnudez, sino además, y principalmente, la exposición de ciertas zonas como los genitales, y para las mujeres, los senos.

Por otra parte, instituciones como la familia y la escuela se encargan de labrarnos en la piel dichos valores: de manera que llegamos a sentir que es algo negativo, sobre todo para el caso de las mujeres.

Tan invalidante ha sido la creencia de que la desnudez es deshonrosa, que hay muchachas que consideran feos sus genitales, y otras que jamás se los han explorado, reduciendo la posibilidad de conocer su propio cuerpo.

¿Qué ventajas tiene la sauna?

Existen personas que a pesar de su educación y los patrones que se le han inculcado desean asistir a una sesión de sauna, sobre todo considerando las bondades que tiene para nuestra salud, incluida la emocional, dado el ambiente tranquilo que se genera en ellas.

También es una ventaja que las instalaciones que dan estos servicios hayan instaurado horarios exclusivos para hombres y para mujeres, pues hay quienes se sienten mucho más cómodos entre congéneres que con el otro sexo.

Siempre hay una primera vez

Pues sí y me tocó ir porque el médico me lo recomendó para dolores de espalda que venía teniendo. Entonces me dispuse a tener una nueva y buena experiencia. Alisté mis toallas y pomo de agua y me fui a la sauna.

Al inicio fue un tanto novedoso porque era la primera vez que me desnudaba ante desconocidos; sin embargo, como todas las personas que allá van lo toman como naturalidad, una se comienza a sentir c´ómoda a los pocos minutos de estar dentro de la sauna.

Por otra parte, yo me tomé mi tiempo para ir ascendiendo a las posiciones donde están las temperaturas más altas. Comencé sentandome entonces en los bancos que están más abajo y progresivamente fui subiendo, a medida de que mi cuerpo y mi respiración se sentían también confortables.

Sinceramente, cada vez que voy a la sauna siento que mi cuerpo y mi espiritu salen bien limpios. Es como un cariño que le estoy dando a mi vida.

¡Ya me estoy animando!

Sin embargo, creo que el principal cambio está en la persona en cuestión. En especial en las ideas que tenemos sobre nuestro propio cuerpo y sobre el autocuidado. En este punto quisiera destacar que la desnudez en sí misma no es para nada reprochable y más bien habla, en mi opinión, de personas seguras, autónomas, liberadas de atavismos sociales.

De manera que podrías plantearlo como un proceso, primero intentar eliminar las ideas que se interponen ante el disfrute de una actividad como esta. Tal vez puedas hablarlo con una amiga o amigo. También sería ideal que de ir a la sauna, lo hagas en compañía de personas que toman el asunto con naturalidad, y en cualquier caso te van a brindar su apoyo moral. La meta final podría ser o no asistir a una sesión mixta. ¡Eso lo decides tú!

¿Cual ha sido tu experiencia en las saunas? ¿Tu pudor ha sido puesto a prueba? Deja tu comentario aquí abajo o participa en nuestra conversación en redes

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