¿Sientes vergüenza al tener sexo?

By Mara Landa on 29 marzo, 201729 agosto, 2022

Insistir en hacerlo con la luz apagada, obsesionarnos con los ruidos que hacemos o las caras que ponemos…, todos sentimos algo de vergüenza al tener relaciones sexuales.

Todos sentimos vergüenza en algún momento y las razones son ilimitadas: ser torpe y tener algún accidente, tener la menstruación, un mal olor, tener gases, cicatrices e, incluso, que nos entren ganas de ir al baño; incluso miedo por los sonidos que hacemos o las expresiones de nuestro rostro. Se convierte en un problema cuando nos impide disfrutar de la relación sexual en su totalidad e, incluso, alcanzar el clímax. Estás tan obsesionado por controlar tu cuerpo que no te relajas, entonces estás dejando que el miedo te paralice.

Aunque la más común es sentir pena de mostrarnos desnudos. Varias estadísticas sugieren que hasta un 50% de las mujeres han rechazado relaciones sexuales por sentir disconformidad con su cuerpo. Y no solo afecta a mujeres que creen que tienen unos kilos de más. Es una cuestión de autoestima que no entiende de peso. Independientemente de la talla y el sexo, sentir ansiedad por nuestro cuerpo es algo que ocurre a muchas personas.

Algunos expertos lo han denominado: el ciclo de la vergüenza. O cómo una baja autoestima afecta nuestra decisiones sobre la relación sexual (en el caso de las mujeres incluso llegando a relacionarlo con vergüenza por la menstruación). Así, una baja autoestima nos lleva a la insatisfacción sexual y ésta a tener menos autoestime. Hay que romper el círculo.

¿Cómo lo hacemos?

Perder peso no es la solución. No hay que cambiar nuestro cuerpo, sino cómo nos sentimos respecto a él. La percepción del propio cuerpo es la clave. Sobre todo porque el sex appeal o la sensualidad no tienen nada que ver con el peso o nuestro tipo de cuerpo.
La medida en la que aceptas, te comparas e intentas alcanzar el ideal de belleza representado en los medios influye en la percepción que tienes de tu propio cuerpo y qué tan a gusto te sientes con él. La gran mayoría de todos los estudios que se han hecho sobre autoestima relacionan la satisfacción con nuestro propio cuerpo por cómo lo comparamos con el ideal de belleza.

Así que esto es una de las primeras cosas que hay que cambiar y entender: la belleza viene en muchas formas y aceptar nuestro propio cuerpo.
Es difícil de superar porque no es algo que afecte solamente durante nuestras relaciones sexuales, sino en nuestra vida diaria. Si estás descontento con tu nariz, tus dientes o el olor de tu sudor, no solo te afectará durante las relaciones sexuales, sino en tu día a día. Saber qué es lo que exactamente nos hace sentir avergonzados es el primer paso para buscarle una solución.
Concéntrate en sentir. No dejes que los nervios o el miedo te paralicen y, ya que el sexo es una actividad extremadamente sensorial, pon tu mente en lo que sientes y no en lo que ves o piensas. Los primeros minutos son los peores: la vergüenza solo se pasa una vez. Concéntrate en la respiración, el tacto o en la misma pareja y las cosas que le hacen sentir placer.
Habla con tu pareja: si es algo que realmente te afecta háblalo con tu pareja y él o ella te puede ayudar a superar tu miedo. Muchos de los miedos que nos afectan a la hora de tener relaciones es el de ser juzgados o que nuestra pareja se burle o no nos encuentre atractivos. No hay razón para pensar que tu pareja no te encuentra atractivo/a.
Deja de pensar en el sexo como una obligación o un examen. No es una prueba que tengas que pasar. El sexo es una cuestión de disfrute tanto personal, como con tu pareja. No hay un guión o un plan que cumplir y ten en cuenta que a cada persona le gustan diferentes cosas. No hay que concentrarse en hacerlo bien, sino en hacer disfrutar y sentir placer.